Una señal cuqui para combatir uno de los mayores problemas de civismo: padres colapsando calles para dejar a los niños en el cole. Spoiler: no va a funcionar

Una señal cuqui para combatir uno de los mayores problemas de civismo: padres colapsando calles para dejar a los niños en el cole. Spoiler: no va a funcionar
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En horario de salida y entrada de colegios, es habitual ver coches mal aparcados: en doble fila o triple fila, sobre aceras y rotondas... Esto provoca atascos y el consiguiente enfado del resto de conductores u otros padres que acuden al centro. Un caos al que algunas ciudades han querido poner solución con una señal de tráfico tan curiosa como entrañable.

"Un beso y adiós" se denomina a esta señal, que incluye el pictograma de un niño y un padre despidiéndose desde el coche. La acaba de estrenar el Ayuntamiento de la ciudad de León, pero otras urbes llevan años usándola. La gran pregunta es si funciona.

Despedida en uno o dos minutos para evitar atascos en los colegios

La recién implantada en León acompaña el afectuoso pictograma de despedida con la señal de estacionamiento limitado especificando horario, al igual que ocurre con las zonas de carga y descarga. Así, lo que hace es acotar una zona donde se puede estacionar  durante uno o dos minutos para "subida y bajada de escolares" de 08:45 a 09.00 y de 14:00 a 14:15 horas. Su objetivo es que se pare el menor tiempo posible y no atorar la calle.

Está ubicada en el islote de la intersección de Gran Vía de San Marcos con el giro hacia San Agustín y Lope de Vega, junto al Colegio del Sagrado Corazón Carmelitas. Una zona donde también hay un aparcamiento para motos. De hecho el espacio es el propio cebrado que acota esta intersección. Se ha incluido para facilitar el acceso al colegio, tras la peatonalización de varias vías como parte de la Zona de Bajas Emisiones.

Ciudades españolas con "Un beso y adiós". En realidad León es la última ciudad que se ha sumado a esta iniciativa internacional, que se enmarca en programas para mejorar el espacio de los entornos escolares y su seguridad. La ciudad australiana de Kingston o Bratislava, capital de Eslovenia, son otros ejemplos.

En España son ya varias ciudades que la tienen activa en algunos de sus colegios e incluyen esta señal acompañada del texto "Un beso o adiós", "Kiss & Go" o "Petó i Adeu", en catalán.

En septiembre de 2018, unas cuantas urbes incluyeron estas zonas escolares de parada para despedida: Logroño en el CEIP Navarrete El Mudo o Sabadell, en céntricos colegios como Escola Pia, Escola del Carme o la Sagrada Família. En esta ciudad catalana, como en otras, han habilitado plazas de aparcamiento señalizadas como tal. Antes, en 2017, Valencia estrenó esta señal y la consiguiente zona promovida por el AMPA de uno de sus colegios.

Madrid hizo lo propio en 2019. Las zonas 'Kiss & Go' se implantaron como proyecto piloto en dos colegios del distrito de Retiro: el CEIP Ciudad de Roma y el Colegio Montserrat. Las calles donde se ubican se cierran al tráfico y se controlan para que padres y madres pasen y paren escasos minutos en los denominados "puntos rápidos". La medida la tomó el anterior gobierno municipal de Manuela Carmena y la ha mantenido el de Martínez-Almeida, aunque el año pasado una se abrió de nuevo al tráfico.

Más tarde, lo han hecho otras urbes del país. Torrelavega en una intersección con dos colegios, Sagrados Corazones y el CEIP Pancho Cossío o Esparraguera, que tiene 63 zonas señalizadas de "Beso y Adiós" incluyendo plazas de estacionamiento. Entraron en funcionamiento en enero de este año. Son algunos ejemplos de urbes que han optado por esta iniciativa.

¿Funcionan las zonas 'Kiss & Go'? Evitar atascos en una zona escolar, y acabar con la doble fila a priori beneficia a todos los usuarios. A lo que se añade reducir la contaminación en estas áreas sensibles. Otro de sus puntos a favor es que en vez de prohibir el paso a los coches, regulan y limitan su paso, además del estacionamiento indebido. Usar mal estas plazas se multa igual que cualquiera de tipo reservado: 200 euros o 100 euros con pronto pago.

Pero el mayor problema de este sistema es el espacio disponible. En la zona ahora estrenada en León caben únicamente tres coches en línea. Y los coches cada vez son más grandes con la moda SUV, lo que no ayuda. Bien es cierto que la medida es en parte disuasoria: al existir plazas muy limitadas se espera que muchos padres opten por no llevar al niño en coche si tienen otra alternativa.

También ayudaría que a cada niño no le lleve un solo coche o cierta empatía y civismo por parte de los progenitores o responsables, que a veces brilla por su ausencia. De ahí que haya colegios en los que hayan directamente prohibido aparcar delante dejando plazas exclusivas para movilidad reducida.

Las opiniones de estas zonas "Beso y Adiós" van por barrios. Vecinos de Sabadell aplaudieron la medida destacando que eliminó el colapso de los coches en la Sagrada Familia: "Esto era un infierno. Para dejar a los niños tenías que hacer mucha cola porque la gente paraba en medio de la calle. Ahora puedes parar delante del colegio, algo impensable antes", declaró una madre a El País poco después de inaugurarse.

Otros comentan que se han dejado de ver prácticas como aparcar encima de una rotonda o que los niños tengan que acceder pasando entre coches estacionados indebidamente.

Pero por ejemplo en Madrid, estas zonas sí que se acompañan de cierres parciales al tráfico en horario de salida y entrada. Lo que ha supuesto un problema para los residentes. Desde el pasado septiembre, ha dejado de cortarse en horario de salida y entrada la calle Juan Esplandiú.

Que se haya revertido ha recibido críticas de los padres y asociaciones vecinales, pero el Ayuntamiento defiende que suponía un conflicto con los residentes, que tenían que pedir permiso para salir del garaje, y con el tráfico en general "al cortase la vía 30 minutos en hora punta". Pero también significa que de nuevo hay carta blanca para que los coches acudan en masa a dejar a los niños en la misma puerta del colegio.

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