Durante el pasado fin de semana, uno de los lugares más emblemáticos para todos los aficionados del motor se ha teñido de luto. Durante la celebración de una jornada de tandas públicas en Nürburgring dos personas perdieron la vida y otras tres resultaron heridas en un accidente ocurrido en la pista alemana.
El asfalto estaba mojado y las condiciones de baja adherencia provocaron un primer accidente en la zona de Kesselchen, donde un safety car estaba atendiendo a los involucrados mientras las banderas amarillas indicaban la situación de riesgo. Por detrás llegó demasiado rápido un Honda Civic de 1990, perdió el control y terminó impactando lateralmente contra el coche de las asistencias. Tanto el conductor como la mujer que le acompañaba murieron en el acto.
De las otras tres personas heridas, dos de ellos eran comisarios de la pista que estaban ayudando en el primer incidente y que se encuentran en estado grave. El tercer herido se desconoce si es el otro piloto o un espectador, pero sus lesiones son leves.
Uno de los trazados con más peligrosos del planeta
La pista de Nürburgring se considera una de las más peligrosas del mundo. Con las dos de este fin de semana, la cifra de fallecimientos se eleva hasta 80, aunque hay que remarcar que desde que se inauguró en 1927 la mayoría de las muertes han ocurrido entre pilotos profesionales en competición o durante entrenamientos o test privados.
Las carreras nos han dejado un total de 72 muertes (69 pilotos y tres comisarios) y los entrenamientos privados se han cobrado hasta la fecha cinco vidas. Sólo una persona falleció en 2015 mientras veía las carreras de resistencia del campeonato VLN al saltar sobre las vallas de protección un Nissan GT-R conducido por Jann Mardenborough.
Los problemas en esta ocasión han sido dos que se dan cita de manera habitual en el trazado. De una parte, la pista en sí misma es peligrosa. Prácticamente es la misma pista que se inauguró hace casi un siglo y aunque se han implementado puestos de señalización con banderas digitales alimentadas por energía solar, no son suficientes. En la zona donde ocurrió el accidente no hay indicaciones a lo largo de un tramo de dos kilómetros.
De otra parte, hay que sumar una posible inexperiencia del conductor. En las jornadas abiertas al público que tantos aficionados atraen sólo tienes que llegar a Nürburgring, pagar una entrada sin bajarte del coche y pasar a la pista. Pero la facilidad de acceso no implica que sea una pista fácil, todo lo contrario. Es estrecha, enormemente larga, difícil de memorizar y con unas condiciones de adherencia que habitualmente se alejan de ser perfectas.
Quizá, y esto es una especulación propia, el conductor del Civic se confió antes de tiempo al ver una bandera amarilla sin encontrarse ningún accidente sin saber que en realidad no había pasado el peligro, volvió a dar gas y de pronto se encontró con algo que no esperaba, se asustó y perdió el control de su vehículo.
En cualquier caso, nadie va a devolverle la vida a los dos fallecidos de este fin de semana, pero estaría bien que se tomasen medidas para hacer de Nürburgring una pista más segura.