Muchos comentabais ayer que el Porsche Cayman con un motor lo suficientemente potente, podría sacar los colores al todopoderoso 911. No lo dudo, pero no olvidemos que el Porsche Cayman es por naturaleza el heredero del Porsche 356 y del 550, con el que comparte arquitectura de motor central.
Ayer en la primera parte de la presentación y prueba, os conté cuales eran los principales cambios del Porsche Cayman 2013 respecto a la anterior generación. Ahora toca la parte más divertida, ver cómo esos cambios afectan a la dinámica y cómo se comporta el Porsche Cayman cuando le aprietas las tuercas.
Comenzamos con el Porsche Cayman S con caja PDK
El primer coche que íbamos a conducir era un precioso Porsche Cayman S de color rojo, con cambio PDK como la mayoría de los que se venderán en España. Al salir a recogerlo, me quedé viéndolo detenidamente y he de admitir que me gusta bastante más que el anterior, aunque no tanto como un 911.
Pero ahora no vamos a hablar de estética, vamos a conducirlo y ver como se comporta. La ruta de 200 kilómetros que Porsche había preparado comenzaba con unos 35 kilómetros de autovía, que sirvieron para ir tomándole el pulso al coche.
Aunque el Porsche Cayman es un coche con una arquitectura muy deportiva, me gustó mucho el confort que ofrece. Mi compañero y yo íbamos tranquilos, charlando distendidamente y sin pisar a fondo el acelerador.
El motor bóxer 3.4 situado justo detrás de nuestras espaldas, es capaz de rodar a muy bajas revoluciones, en séptima velocidad, sin a penas emitir ruido al interior premiando el confort, y que cuando le pisas a fondo porque quieres potencia inmediata, baje tres marchas de una sola vez y comiencen a empujar los 325 caballos (cinco más que su antecesor).
En séptima velocidad a bajas revoluciones, es una delicia ir disfrutando de la conducción relajada. Las suspensiones en modo normal absorven muy bien las irregularidades del terreno y hacen del Cayman S un coche perfectamente utilizable para un viaje o para el día a día en ciudad. Ya no hay disculpa para pedirle el Panamera a papá.
Todo ello se debe al sistema opcional PASM, que permite elegir entre los modos de suspensión Sport o Normal. El sistema se ha mejorado respecto a la versión original y automáticamente cuando detecta que estamos rodando en autopista y no queremos ir "a cuchillo", el mismo adapta la dureza de la amortiguación para favorecer el confort. Su precio es de 1.626 euros.
¿Confort en un Cayman?
Creo que los Porsche deportivos le deben mucho a sus hermanos los Cayenne y Panamera, ya que han mejorado en cuanto a confort gracias a muchas soluciones desarrolladas para estos dos expertos en devorar kilómetroz. Lo he comprobado en el 911 y en el Cayman de última generación, ambos destacan por su confort de marcha en modo normal y la circulación a vela es mágica en un coche de corte deportivo como estos.
Por suerte, pronto llegó el desvío que nos sacaría de la autovía para dirigirnos hacia la presa de El Atazar, una preciosa zona de alta montaña con carreteras de asfalto perfecto, por las que hacía mucho que no conducía. Tenía entre manos el coche perfecto para ese tipo de trazado.
Al abandonar la autovía, disfrutamos del coche por las curvas rápidas y de radios muy amplios, en las que el Cayman S nos demostró que sigue la trayectoria de la dirección con precisión sin necesidad de hacer ningún cambio en la suspensión para ponerla en la posición más dura.
El tacto de la dirección es curioso, se nota que es elctromecánica. A pesar de ello, es sencillamente excelente. Transmite un tacto excelente que te da mucha confianza cuando ruedas rápido, y como detalle, cuando maniobras a baja velocidad ella sola regresa el volante a la posición cero, muy práctico en ciudad. Ninguna queja en ese sentido y además permite ahorrar 0,1 l/100 km.
Las levas del cambio PDK situadas detrás del volante (opcionales conjuntamente con el volante SportDesign por 475,13 euros) son una delicia, tanto que se convierte en una maniobra imprescindible bajar una marcha antes de la llegada de las curvas para escuchar el sonido del doble embrague.
Esto me llevó en un par de ocasiones a trazar las curvas en una marcha menos de la debida, de forma que al acelerar a la salida de las curvas llegaba pronto al corte de revoluciones. No pasa nada, pulsas la leva derecha hacia ti y en un suspiro tienes de nuevo el bóxer 3.4 con ganas de entregarte los 325 caballos.
La potencia máxima no se alcanza hasta las 7.400 RPM, pero por debajo el motor está muy lleno. Me llama la atención ver el dato del par, ya que los 370 Nm de par están disponibles solo a partir de 4.500 vueltas, pero incluso por debajo de este régimen el motor tiene potencia suficiente como para dibujar una sonrisa en tu cara.
El Porsche Cayman y las carreteras de curvas
Poco a poco, nos íbamos acercando a la presa de El Atazar, y por tanto comenzaban a sucederse las curvas más cerradas de todas las formas, olores y colores. Activé entonces el modo Sport (de serie) para obtener algo más de viveza en las reacciones del Cayman. Con él los cambios del PDK se alargan tanto en subida como en bajada de marchas.
El comportamiento del coche es absolutamente noble en todo momento. Te permite trazar las curvas a un ritmo endiablado, y por muy rápido que vayas los movimientos de la carrocería brillan por su ausencia. La versión que conducía llevaba el Sport Chrono opcional que cuesta 2.307,75 € y que combinado con la caja PDK de siete marchas, incluye la función Launch Control y mejora el dinamismo del coche.
El tacto a la entrada de las curvas y en las frenadas te indica siempre que estás llevando un coche considerablemente más pequeño y ligero que un 911, con el que guarda poca similitud de sensaciones. Se nota que se ha trabajado para reducir el peso en zonas críticas, como los ejes delanteros y traseros. Los amortiguadores por ejemplo son más compactos y ligeros que en el modelo anterior.
El Cayman se identifica como un auténtico Porsche, pero las sensaciones al volante son completamente diferentes de las que percibes en un 911. El motor en posición central es sin duda la clave para que el tacto cambie de una manera tan notable entre ambos. ¿Cón cual me quedo? Todavía es pronto para responder a eso.
Una tras otra las curvas se iban sucendiendo. En un tramo de curvas enlazadas en bajada, el Cayman S me demostró que o te lo propones, o es casi imposible sacarlo de sus casillas. Cada vez trazaba más y más rápido, apuraba más las frenadas y el coche parecía no inmutarse. ¿Es el deportivo perfecto?
Viendo que el coche no se despeinaba ante mis dotes de conducción, decidí poner el modo más radical de todos, el Sport Plus. Automáticamente el cambio bajó un par de marchas, ya que en este modo se premia el ir siempre con las revoluciones en el punto óptimo para sacarle chicha al motor. Es el modo "al ataque".
El tramo era en subida, con curvas de todo tipo de radios, desde algunas muy cerradas de 180 grados que había que trazar en segunda velocidad hasta otras enlazadas, con buena visibilidad y posibilidad de entrar fuerte.
Os aseguro que a pesar de que lo intentamos, el Cayman S no se movió de su trayectoria salvo en un par de ocasiones que lo provocamos a propósito pisando con más ímpetu y antes de tiempo el pedal derecho. Si vas en apoyo, o te pasas a propósito con el gas o la trasera no se mueve de su sitio.
Solo en esas situaciones en las que pisabas más de la cuenta sabiendo que es lo que querías, la trasera tendía a derrapar ligeramente, pero siempre de una forma muy distinta a como lo hace el Porsche 911. Era todo más progresivo, como si a pesar de ir a un ritmo muy alto, todo sucediese a cámara lenta.
Las rectas que unían las curvas por su parte, desaparecían de forma casi instantánea por el ritmo que permite llevar el motor. Vale que no se nota tanta aceleración a la salida de las curvas como en un Carrera S haciendo trabajar a los 400 caballos, pero os aseguro que el ritmo de paso por curvas es tan alto, que no echarás en falta más potencia cuando sales de las curvas.
Impresionado por cómo se comporta el coche llegué al otro lado de la montaña que habíamos empezado a subir hace escasos minutos. Me ha dado tiempo a subir y bajar la cumbre, a que se dibujase una sonrisa en mi cara y a comprobar como el equipo de frenos, ahora más potente que en el Cayman anterior ya que los discos son los mismos del 911 Carrera, sigue siendo una pieza clave en los modelos Porsche. Tiene buen tacto y una potencia infinita.
El sonido del motor bóxer 3.4 se hace notar, pero nunca en exceso. Solo si subes mucho de vueltas apreciarás realmente el zumbido del motor en el interior. Ese grado inferior de sonoridad será algo que agradecerán los propietarios de los Cayman, y el que quiera ruido de verdad que equipe el coche con el sistema de escape deportivo que cuesta 2.470,65 euros, y tendrá el botón mágico que cambia el sonido del escape por completo.
Por desgracia, no he podido probar la versión básica del Porsche Cayman, la que equipa el motor 2.7 de 275 caballos, aunque pensándolo bien, tampoco me importa. Así tengo una disculpa para hacerle una prueba completa más adelante.
Porsche Cayman o 911
Se que esta iba a ser una pregunta obligada después de leer vuestros comentarios a la primera parte de esta presentación, así que me adelanto. Sinceramente, ahora que el Porsche 911 cumple 50 años de vida, creo que le ha salido un hermano pequero de lo más complicado.
El nuevo Porsche Cayman va tan bien dinámicamente, que podría hacerle sombra perfectamente al Porsche 911 si tuviese la misma potencia. A pesar de eso, soy tajante. Un Porsche 911 es un Porsche 911, un mito del mundo del automóvil y el que aspira a tener ese coche no se compra un Cayman por muy bien que vaya.
El tacto del Cayman es excelente, se identificaría como un auténtico Porsche aunque te lo dejasen conducir con los ojos y oídos tapados, pero no tiene el tacto del 911. Es la magia del 911 la que hace que aunque algunos lo piensen, dentro de la casa Porsche no haya guerras entre ellos.
Eso no quiere decir que el que se compre un Porsche Cayman esté adquiriendo un "quiero y no puedo". Para nada, es más, está comprando un coche que dinámicamente es más perfecto que el 911, un coche eficaz como pocos y uno de los mejores deportivos del mercado. Sin dudas.
Además, si con esto último no he convencido a alguien que estaba pensando en comprarse un Cayman para que de el paso, añado un dato más. El Porsche Cayman es un coche más exclusivo que el 911. ¿Se ha vuelto loco Héctor? No, para nada. Mientras que del Porsche 911 se venden en torno a las 200 unidades al año en España, de los Cayman y Boxster juntos se venden las mismas unidades, pero la mayoría de decantan por el Boxster.
No en vano, el de los pequeños deportivos de motor central es el segmento que más está acusando la crisis dentro de la familia Porsche, y el Cayman es y será el modelo menos vendido de la gama si un milagro no lo remedia. Las ventas en el segmento dónde se sitúa, ese dónde también hay nombres ilustres como Mercedes SLK, Audi TT o BMW Z4, ha caído un 70% en los últimos años.
Así pues, si quieres un deportivo eficaz como pocos, exclusivo y con un precio más económico que un 911, el Porsche Cayman es tu coche.
Precios de la gama Porsche Cayman 2013
Los Porsche Cayman y Cayman S llevan vendiéndose en España desde comienzos del mes de marzo, y sus precios son los siguientes:
** Porsche Cayman: 57.461 € ** Porsche Cayman S: 74.388€ ** Porsche Cayman S PDK: 74.573 €
Como siempre ocurre en Porsche, la lista de opciones disponibles es absolutamente interminable, y permite adaptar por completo el coche a nuestros gustos a base de talonario. Algunas opciones como el Sport Chrono o la caja PDK son básicos para obtener un comportamiento tan bueno como el que demostró durante la presentación el nuevo Porsche Cayman S.
En Motorpasión | Porsche Cayman, presentación y prueba en Madrid (parte 1)