Debo de estar haciéndome mayor, porque cuando ví el Land Rover LRX expuesto en el salón de Ginebra la sensación que tuve fue la de querer ver ya ese coche en la calle. Con un tamaño algo inferior al del Land Rover Freelander, tiene el empaque suficiente para parecer un coche robusto fuera del asfalto pero igualmente válido para el día a día.
El uso del día a día se justifica gracias al uso de un motor híbrido turbodiesel que consigue unas cifras realmente buenas tanto en consumos como en emisiones. Se trata de una combinación de un motor de 2 litros con otro propulsor eléctrico que cuenta con una batería de iones de litio independiente de la batería normal. La energía perdida se recarga a través del sistema de freno regenerativo.
Dispone también un sistema que Land Rover ha bautizado como ERAD (Tracción Trasera Eléctrica Integrada), que cumple la función de mover el coche a bajas velocidades, evitando el uso innecesario del motor de combustión. Es también de tracción integral, por lo que en condiciones exigentes, el par extra que genera ayuda al motor de combustión ayuda a reducir consumos y emisiones.
Su principal función en estos casos, y simpre que sea necesario, es ayudar en el arranque desde parado o en las tareas de remolque, además de ofrecer un mejor control a bajas velocidades o en superficies difíciles.
En conducción por ciudad, el sistema ERAD activa el motor eléctrico cuando la velocidad no supera los 32 km/h y en combinación con el sistema ISG (Generador-Estárter Integrado) reduce los consumos. Este sistema se encarga de arrancar el motor de combustión cuando sea necesario su uso y esteblece unos parámetros para el uso compartido de ambos motores, ya que hasta que el motor de combustión no alcanza el grado óptimo de eficiencia, no desconecta el motor eléctrico.
Por supuesto, en las detenciones en los semáforos, el ISG también se encarga de arrancar o detener el motor automáticamente, evitando los tiempos al ralentí innecesarios.
En MotorPasion | Ahora sí, el Land Rover LRX Concept