Lo que hay que ver: no sólo parece que sale más barato cuanto peor es la infracción que se comete, sino que además se puede elegir el castigo. En este país tan curioso, un camionero con un largo historial de detenciones por conducir bajo los efectos del alcohol, ha dicho que prefiere ir a la cárcel que someterse a un tratamiento de rehabilitación por alcoholismo, porque según él no lo es (Primera fase: negación… ¿os suena?).
El elemento es de profesión transportista de butano y de propano, y el pasado día 7 fue detenido, otra vez, por conducir haciendo eses por la N-340. Tenía, según el control de alcoholemia practicado, 0,56 miligramos de alcohol por litro de aire aspirado, más del triple permitido para conductores de mercancías peligrosas. Además, el elemento este (no puedo llamarlo de otra manera) confiesa que se toma dos copas por la mañana y cuatro o cinco cervezas al acabar la jornada todos los días. Y no es alcohólico. Claro.
Lástima me da un pais en el que alguien puede tener semejante desfachatez, y hacer lo que le de la gana. Este hombre es sin lugar a dudas un alcohólico, y es muy peligroso, tanto o más que el hombre que hace un par de días mató a una mujer y dejó a otra gravemente herida (y seguramente lisiada) en Mallorca, conduciendo un camión de grandes proporciones bajo los efectos del alcohol y las drogas: este lleva materiales que explotan, señores. Ni hablar lo dejaría yo.
Una vez más, gracias Chimera.
Vía | El Pais
