Hasta ahora se les veía pasear por Hamburgo, pero ya han llegado también a Berlín. Los mini hot rods llaman la atención por dondequiera que entren, y debido a sus reducidas dimensiones eso significa prácticamente por cualquier lado. Con una longitud de 2.010 mm, una anchura de 1.120 mm y una altura de tan sólo 810 mm, estos pequeñines se hacen un hueco entre el tráfico de la ciudad.
En su camino para la homologación por el TÜV alemán, no lo han tenido fácil los hermanos Wenckstern. Ellos son los creadores de estos vehículos, y la inspiración les llegó a la sombra de una carrera de cortacéspedes regada con algunas cervezas. Al poner los pies en el suelo y arreglar los papeles del mini hot rod para poder circular, el TÜV no vio claros algunos riesgos.
El más duro sin duda era la desproporción con el resto de vehículos, y el hecho de que hasta un Smart pudiera representar un peligro en caso de colisión con un mini hot rod. Otro punto de controversia era la masa de estos benjamines, que es de 120 kg solamente. Su motor, de 170 cc y 14 CV, lo impulsa a una velocidad máxima de 88 km/h. Toda una sensación.
Al atravesar la ciudad con los mini hot rods, no sólo hay que tener cuidado con las moles del asfalto, como puede ser cualquier SUV o cualquier camión. Los riesgos de circular en esta pulguilla vienen también con los baches del terreno e incluso con las tapas de alcantarilla. No resulta apto para espaldas estropeadas... ni para según qué bolsillos: su precio base es de 12.900 euros.
Eso sí, parece de lo más divertido, y sólo por eso ya vale la pena alquilarlo.
Más información | Hot Rod City Tour Vídeo | Der Spiegel