Si nos ponemos espléndidos y repasamos en el BOE el Título IV del Reglamento General de la Circulación, que va sobre señales, lo primero con lo que nos encontramos es aquel punto que explica lo siguiente sobre la señalización (para los curiosos, se trata del Artículo 131):
Es el conjunto de señales y órdenes de los agentes de circulación, señales circunstanciales que modifican el régimen normal de utilización de la vía y señales de balizamiento fijo, semáforos, señales verticales de circulación y marcas viales, destinadas a los usuarios de la vía y que tienen por misión advertir e informar a éstos u ordenar o reglamentar su comportamiento con la necesaria antelación de determinadas circunstancias de la vía o de la circulación.
Y luego viene todo el rollo desgranado, y por fin acaba el título en cuestión, luego va el Título V, sobre señales en los vehículos, y luego ya arrancan los anexos. Y en el primero de ellos viene precisamente el Catálogo de señales. Ahí se repasan, una por una, todas y cada una de las señales de circulación que podemos encontrar por las calles y carreteras.
Y sí, luego están esos ayuntamientos que se inventan las señales según le entra la inspiración al sobrino del concejal de Urbanismo, que el zagal está hecho un hacha con el diseño gráfico. Pero hoy vamos más allá, porque nos ha llegado (¡gracias, María!) un documento gráfico que deja patente cómo muchas de las señales que creíamos conocer escondían un significado mucho más complejo, mucho más sorprendente a veces, que lo que podríamos haber llegado a imaginar. Aquí, el resumen:
Para todo lo demás, el estupendísimo trabajo que realiza, fuera de coñas, el artista Clet Abraham, que se dedica al rediseño de señales a su bola, cosa que está francamente mal, pero que le quedan la mar de resultonas, cosa que está francamente bien. A su colección pertenece la foto de cabecera (marchando una de créditos para Livorno DP), y su obra se puede ver —además de en plena calle, claro— en Facebook, Pinterest, Twitter y en general... por ahí. No es lo mismo, pero... está mejor.
