Que los rallyes son una de las disciplinas más espectaculares estaremos todos de acuerdo, pero que son muy peligrosos también. Tras los incidentes de hace algunos años la FIA ha empezado a preocuparse seriamente por la seguridad en los rallyes, pero no sólo de los aficionados, sino también de los pilotos y copilotos más allá de su jaula de seguridad.
Recordemos que en el año 2012 en la Targa Florio, un impacto contra un quitamiedos le costó la vida al copiloto Gareth Roberts, o que en 2011 causó lesiones muy graves a Robert Kubica. Para conseguirlo el FIA Institute anunció la semana pasada que está desarrollando unas barreras especiales que ya están en fase de pruebas.
Nuevas protecciones para unos rallyes más seguros
Uno de los alicientes para la afición es que los rallyes se corren en vías habitualmente abiertas al tráfico y son muy accesibles. Pero como las barreras de protección de las carreteras públicas están diseñadas para mantener a los automóviles dentro de la calzada, se presentan algunos problemas cuando los WRC (y el resto de categorías) circulan a gran velocidad e impactan contra estas protecciones.
Los quitamiedos fijos que todos conocemos pueden provocar lesiones potencialmente mortales al penetrar dentro del vehículo o al desprenderse y golpear a un espectador. El objetivo de estas nuevas barreras provisionales pensadas por la FIA es solucionar este problema mediante la dispersión de la energía cinética y la reducción de velocidad del vehículo antes de impactar contra las protecciones convencionales.
Estas nuevas barreras tienen un diseño aparentemente sencillo y parecen inspiradas en los barriles de agua típicos de las autopistas de Estados Unidos. Son unos cilindros de metal rellenos de arena que han ofrecido resultados muy positivos en un test realizado con un Volkswagen con preparación de rally lanzado a 70 millas por hora (112,65 km/h).
Por el momento la FIA reconoce que aún no está desarrollado al 100%, ya que en el test la nueva barrera se levantó del suelo y quieren conseguir antes de pasar a la siguiente pase que eso no ocurra. Pero la idea es buena y consiguió que el vehículo redujera su velocidad a 30 kilómetros por hora.
El precio por unidad se estima en torno a unos 100 euros, un coste asumible por la mayoría de organizadores, por pequeños que sean y que al ser móviles y reutilizables se pueden amortizar a lo largo del tiempo.
Vía | R&T