El Opel Mokka es uno de los superventas del momento: 275.000 unidades no son poca cosa. Pero hasta la fecha conservaba un motor 1.7 CDTI de 130 CV al que le venía haciendo falta un relevo (aquí y aquí, nuestra toma de contacto). No es que sus 130 CV y 300 Nm se quedaran cortos, pero en general el 1.7 se notaba algo triste y quejoso. Triste a bajas vueltas, quejoso en todo momento.
Dicho y hecho: de cara al Salón de París el Opel Mokka adopta un motor 1.6 CDTI de 136 CV y 320 Nm con el que consigue varias ventajas: la primera es sobre sí mismo, ya que el nuevo propulsor prometer rebajar el ruido que emitía su predecesor; y la segunda, sobre sus competidores, ya que los 85 CV por litro no están al alcance de cualquier SUV subcompacto. Para conseguir sus cifras utiliza un turbo de geometría variable y un common-rail preparado para presiones de 2.000 bar, con una inyección que funciona a un régimen de hasta 10 pulsos por cilindro y ciclo.
El paso por el filtro del Euro 6 se ha conseguido mediante una trampa de NOx en el escape, y supone también para el Mokka una mejora en la eficiencia. Equipado con Start/Stop y con una revisada caja de seis relaciones de cambio deja en 9,9 segundos la aceleración en sprint estándar, alcanzando 191 km/h y dando un consumo mixto NEDC de 4,1 l/100 (109 g/km de CO₂). Eso supone una disminución de medio litro respecto a las cifras oficiales que exhibía la versión diésel hasta la fecha.
Y, por encima de todo, cuentan desde la marca que ha mejorado en un punto en el que su predecesor necesitaba una profunda revisión: el ruido. En el diseño del nuevo motor los ingenieros de la casa han analizado en la pantalla del ordenador todos los puntos y componentes del coche respecto a la generación de ruido para evitar fabricar un solo prototipo de motor que arrastrara los problemas ya conocidos. El resultado es, según la marca, un "diésel sigiloso" (sic), tanto en ruidos como en vibraciones. Es una muy buena noticia.
En Motorpasión | Opel Mokka | Opel Mokka, toma de contacto (parte 1, parte 2)
