Pensar en el Nissan Juke y en el Nissan GT-R, es como pensar en ovejas y en Usain Bolt, poco que ver. Pero en la marca japonesa han querido darnos un “Zas, en toda la boca” a los que pensamos que el Juke no es ni puede ser deportivo. Y lo están haciendo a lo bestia.
Están preparándose en taller dos Juke, uno con el volante a la izquierda y otro a la derecha. Tranquilos, no se fabricarán más. Son un par de demostradores tecnológicos. Todo empezó en una oficina de Japón, donde dos ingenieros aburridos pensaron en cómo matar el rato: “Oye, Yamaguchi, ¿y si metemos las tripas del GT-R a un Juke?”
Pues algo así debió ocurrir. Tiene el motor 3.8 V6 sobrealimentado, la caja de cambios y el sistema de tracción total (adaptado a su nuevo envase). Unas llantas RAYS de 20 pulgadas irán provistas de las gomas adecuadas para transmitir tanta potencia al suelo de forma eficiente.
Por dentro, es todo menos un coche utilitario o urbano. Le han adaptado la instrumentación para calzar la pantalla de 7 pulgadas LCD que monta el primo de Zumosol de la marca, y le van a quitar todo lo que sobra en un coche de carreras. Tendrá dos asientos, con arneses de cinco puntos, y jaula de seguridad.
Todo cumplirá con la normativa de seguridad de la FIA, como si fuesen a competir con él. Así será este super crossover, pero homologado para carretera y todo. Si tiene éxito, igual se deciden a hacer el Juke realmente deportivo, porque solo con montar un 1.6 Turbo no basta.
¿Y a qué viene esta locura? No sabemos si fue algo como lo dramatizado en el segundo párrafo, o si es una celebración de las 100.000 unidades que han vendido en el primer año de comercialización. Ni ellos se lo esperaban. ¿Cuántos Juke-R conseguirían vender si fuese u coche real?
Se aceptan apuestas sobre la fecha de llegada al Gran Turismo 5…
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