Que el automóvil es un producto cargado de tecnología, ya lo sabemos. Algo que va a ir en aumento hasta el día en que el coche esté más cerca de ser un dispositivo digital, un (enorme) gadget, que una máquina mecánica. En paralelo a esta transformación, también está cambiando nuestra forma de usarlo, es decir, la relación entre humano y vehículo.
En las siguientes líneas vamos a tratar de repasar las principales tecnologías que están surgiendo en la actualidad, y cómo va a influir en nuestro papel como conductores. Y para ello vamos a tomar de ejemplo el Volvo EX90, el próximo SUV totalmente eléctrico del fabricante sueco, que nos sitúa directamente en el futuro más próximo de la automoción.
Blockchain para garantizar el origen responsable del coche eléctrico
Nos guste o no, el futuro de la movilidad pasa por abandonar el coche térmico. O eso, o nos cargamos el planeta. Y a día de hoy la alternativa más plausible es el coche eléctrico, que tiene sus barreras, sí, pero que tarde o temprano se irán solucionando. Y no basta con que el coche no eche humo por el escape, sino que tiene que ser ecológico en toda “su vida”.
Volvo ya fabrica con energía eléctrica de fuentes renovables en sus plantas, usa materiales sostenibles y prescinde del cuero en vehículos como el Volvo EX90, todo ello dentro de la estrategia del fabricante que le llevará a alcanzar la neutralidad climática en 2040.
Los que vienen detrás, los más jóvenes, tienen más claro que nosotros la llegada de este coche eléctrico, responsable y sostenible. Y hay una tecnología que será clave para que los automakers puedan atender a sus demandas: el blockchain. Ya lo conocemos como proceso de validación de las criptomendas y los NFTs que tan de moda están ahora.
Pero el blockchain también sirve para realizar una trazabilidad fiable e independiente de los materiales usados en el coche eléctrico. Por ejemplo, Volvo ya utiliza blockchain para rastrear el suministro de cobalto, y garantizar de esta forma que se ha conseguido de manera responsable. Pero en el futuro podría hacer lo mismo con otros materiales sostenibles que utiliza, como el acero reciclado, la madera de bosques reforestados, o la lana con certificado de bienestar animal.
Lidar, para ir más allá de las capacidades humanas
Como sabemos, uno de los aspectos más importantes en la conducción en la visibilidad. De hecho, muchos sistemas de seguridad de los coches actuales están pensados para mejorarla cuando las condiciones no son buenas. Podemos hablar desde el ya tradicional limpiaparabrisas automático cuando llueve a mares, hasta el sistema BLIS de Volvo que nos ayuda con el odiado punto muerto del retrovisor, pasando por la iluminación inteligente Active Control High Beam que también monta el fabricante sueco.
Estos sistemas nos ayudan mucho con la visibilidad, pero no pueden ir más allá de nuestra propia visión humana (que no somos precisamente unos elfos…). Hasta ahora, porque las tecnologías de visión electrónica incluidas en el Volvo EX90 prometen ir más allá de las capacidades humanas y comportarse como un superhéroe.
Estamos hablando de, según el fabricante, detectar peatones a 250 metros de distancia y pequeños objetos a 120 metros. Todo ello en la noche más oscura que puedas imaginar y a velocidades de autopista (o sea, 120 km/h, que nos conocemos). Para ello, el Volvo EX90 hace uso de cámaras, radares y un espectacular lidar capaces de rastrear en tiempo real el camino frente a nosotros.
Reconocimiento de variables biométricas para entender nuestro estado de ánimo
Otra cosa que ya sabemos de los conductores, es que causamos la mayor parte de los accidentes. Ni los reventones fortuitos, ni las carreteras en mal estado. Y hasta que llegue el coche autónomo (y se haga con el poder), somos nosotros los que estamos al volante, con nuestras limitaciones y meteduras de pata. Que en la mayoría de los casos no son intencionadas, pero sí evitables si tuviéramos a alguien al lado que nos dijera “oye, no te duermas” o “deja de mirar el móvil”.
Lo que propone Volvo es que sea nuestro coche el que nos avise de nuestro comportamiento reprochable o de nuestro estado de ánimo poco adecuado. Así como suena nos puede volar la cabeza, pero en el Volvo EX90 lo han conseguido con dos cámaras interiores y un volante capacitivo que observan diferentes variables biométricas: dirección de nuestra mirada, velocidad del parpadeo, postura de nuestras manos…
Con estas variables, la Inteligencia Artificial del Volvo EX90 puede identificar una serie de patrones de comportamiento que pueden ser problemáticos. Es decir, que estemos mirando el móvil, que nos estamos quedando dormidos o que estemos distraídos con una conversación telefónica. Y el coche actuará en consecuencia: evidentemente no te va a quitar la llave del bolsillo, pero sí podría llegar a detener la marcha si fuera necesario.
Inteligencia artificial y Machine Learning para el coche autónomo
Parece que este 2023 es el año del boom de la Inteligencia Artificial, al menos para la creación de textos, imágenes o sonidos. Pero claro, una cosa es hacer dibujitos random, y otra muy diferente es conducir un coche. Porque todos tenemos claro que el destino final de la Inteligencia Artificial en los coches es la conducción autónoma, ¿verdad?
Vale, a todos en Motorpasión nos encanta conducir. Pero lo cierto es que cada vez hay más gente que se ahorraría ponerse al volante si pudiese, que no quiere sacarse el carnet o que exponerse a “los peligros de la carretera” le supone un estrés. Algo que va a aumentar con los futuros conductores que hoy, de niños, están aprendiendo las bondades de Siri y ChatGPT.
Para que eso llegue, hace falta mucha tecnología, y sobre todo muchos años de desarrollo y entrenamiento con datos (lo que los expertos llaman el “Machine Learning”). Pero es que todo eso ya lo tenemos entre las manos. El Volvo EX90, con todos los radares, sensores y cámaras que comentamos más arriba, ya se considera tecnológicamente preparado para el coche autónomo.
La compañía sueca también lleva años recopilando datos sobre trayectos y accidentes de tráfico reales, con los que entrena a su Inteligencia Artificial. Sistemas como City Safety o Pilot Assist, ya presente en sus vehículos, ofrecen un nivel de conducción autónoma de nivel 2.
Y la “Conducción Autónoma No Supervisada” que plantea para el Volvo EX90 lo eleva ya al nivel 3, es decir, capacidad de controlar el coche y avisar al conductor en caso de problemas. Supone el paso previo a la eliminación definitiva de la figura del conductor, tal y como la conocemos.
Internet de las Cosas y un nuevo modelo de propiedad
Los sistemas de conectividad han convertido nuestro coche en un enorme dispositivo de Internet de las Cosas (IoT). Esto ya le permite conectarse con nosotros a través del móvil, pero también con los servidores de Google para el navegador, o con los servicios de emergencia para avisar de un accidente.
Otro ejemplo son las actualizaciones de software vía OTA, que son ya comunes en cualquier vehículo moderno, y que permite que el coche vaya mejorando sus sistemas. De esta misma forma, podremos suscribirnos a determinados servicios del fabricante para personalizar al máximo nuestra experiencia al volante. Los servicios de asistencia de Volvo on Call son un buen ejemplo.
Quizás los más veteranos no estamos acostumbrados a “eso” de pagar cada mes por una función extra del coche. Pero los más jóvenes sí están habituados a pagar por los servicios que les gustan, con planes que se ajustan a su economía, y prescindir de otras funciones que no necesitan. Para ellos es más cómodo y conveniente.
Esta tendencia de “pagar por lo que uso” en contraposición con el modelo de propiedad actual, tiene su máxima expresión en el coche por suscripción. Es lo que toda la vida se ha llamado renting, pero con mayor flexibilidad para los conductores particulares.
Un buen ejemplo es Care by Volvo, que además del uso del coche puede incluir los distintos servicios que necesitemos, en una única cuota fija mensual. El Volvo EX90 estará disponible a través de esta modalidad.
Como vemos, las nuevas tecnologías que están incorporando los coches van a introducir grandes cambios que supondrán una nueva relación entre coches y conductores. Algunos pueden parecer prematuros; o que otros realmente son forzados por la industria. Pero lo cierto es que todas estas tecnologías buscan dar solución a nuevos problemas, necesidades y hábitos de uso de nosotros, los usuarios.