Sin duda ha sido el error más destacado del rally. En una prueba en la que se contaba con 10 World Rally Cars únicamente, era necesario no cometer errores y llevar el coche a meta. Eso es lo que se le pidió a Kris Meeke antes de comenzar el rally. Yves Matton, director de Citroën Racing le advirtió al norirlandés que no se metiera en luchas innecesarias con Thierry Neuville y que se centrara en mantener a raya a Jari-Matti Latvala. Pero sobre todo tenía que llevar el coche a meta.
Los planes no salieron como deberían y una salida a baja velocidad, que en otra situación o lugar no hubiera supuesto más que una pérdida de tiempo antes de volver a la carretera, terminaba en un siete vueltas de campana y un cero en el casillero de Citroën para el campeonato de marcas. Un “rosco” que prácticamente hace decir adiós a la marca de los dos chevrones a un título que ya tenía tremendamente complicado tras el regular inicio de temporada de Mikko Hirvonen y Dani Sordo.
Yves Matton se ha mostrado muy duro con su pupilo, incluso ha dicho que del Meeke de hoy en día y el que tuvo en el equipo en 2005 prácticamente no ha cambiado en nada y ante la pregunta de si este accidente iba a perjudicar su futuro dentro del equipo, dejaba claro que “sin duda esto no iba a ayudar a ello”. También es cierto que las desgracias de unos no deberían ayudar a los otros.
Kris ha vuelto a demostrar su velocidad, pero no hizo lo que le pedí, es decir, terminar el rally. Fui muy claro. Esto es una decepción. No parece haber cambiado demasiado desde 2005, por desgracia. Esto no va a sumar en su favor en la carrera por un Citroën oficial para el año que viene, eso seguro.
Meeke siempre ha sido un piloto muy talentoso. A sus 34 años su cara paliducha hace pensar a muchos que es más joven, pero es uno de los “veterano”, que no experimentados, del Mundial. Sus comienzos en el Mundial Junior con un Opel Corsa S1600 le permitieron aprender rápido y optar a un asiento en el equipo Citroën del JWRC en 2005, con Dani Sordo como compañero. El cántabro le superó y se proclamó Campeón del Mundo, mientras que Meeke orbitó un año más sin premio en la categoría, junto al equipo galo y con los abandonos como principal talón de Aquiles.
Kris fue campeón en 2009 del IRC de manera prácticamente aplastante, dominando todas las superficies al volante del 207 S2000 de Peugeot UK. Sin embargo, 2010, fue una historia completamente distinta con cinco abandonos y una única victoria en el desierto Rally de Curitiba. Meeke cambió el chip, y el proyecto con Prodrive le dio alas. Se sintió de nuevo importante y cómodo con un WRC en el que llevó gran parte del desarrollo inicial.
El exiguo programa del equipo de David Richards le impidió llegar a algo más al igual que a Dani Sordo. Meeke fue rápido en varias pruebas, pero de nuevo las salidas de pista empañaron todas sus actuaciones en una temporada en la que se vio claramente superado por el piloto cántabro. 2012 fue historia.
La falta de presupuesto de Prodrive y el contrato de Sordo le dejaban fuera del equipo teniendo que volver a afrontar su faceta como test driver del grupo PSA. La confianza prestada por Yves Matton no ha sido correspondía, pero el belga ya sabía a los riesgos a los que exponía al equipo haciendo este movimiento. Ahora el Campeonato de Marcas parece enterrado y con él, el futuro de Meeke como piloto oficial de Citroën en 2014.