Aunque no hayan pasado exactamente 365 días, ayer, hace un año que Williams consiguió su última victoria en la Fórmula 1. El éxito de Pastor Maldonado sorprendió a propios y extraños ya que, a pesar de las buenas actuaciones previas, era difícil pensar que éstas podrían sobresalir y llegar a transformarse en una victoria.
El incendio posterior en el box de la escudería británica aguó un poco la fiesta pero ya nadie podría quitarles una victoria por la que llevaban luchando varios años y que por h o por b se les había negado. Pero aunque cerca en el tiempo, ya ha pasado mucho tiempo desde aquello. No hay más que mirar lo sucedido ayer en el Gran Premio de España.
En 2012 y con un coche con mucho potencial, Williams realizó una buena temporada. La irregularidad de los pilotos fue su talón de Aquiles y aunque logró ascender una posición en la general de constructores, superando a Toro Rosso, quizás luchar con Sauber y Force India hubiera sido lo esperado.
Pero poco nos queda de aquello. Sí Williams no consigue puntuar en el Gran Premio de Mónaco, ya podremos decir sin miedo a equivocarnos que el de 2013 es el peor comienzo en la historia del equipo. La novena plaza de Rubens Barrichello en 2011 fue el primer resultado de los británicos aquel año aunque no se repitieron muchos más. 5 puntos fue su escaso botín a lo largo de la temporada lo que les condenó a ser la última escudería del pelotón.
Lo peor de todo es que los presagios están cerca de hacer realidad. El FW35 no es, ni de lejos, tan competitivo como su predecesor. Los pilotos no son capaces de sacar de el una vuelta rápida y tampoco consiguen el ritmo que les permita luchar por los puntos. Aunque peores son las noticias que nos llegan desde boxes ya que ni siquiera los ingenieros tienen claro cual es el camino a seguir. Tras la de cal en 2012, este año nos toca la de arena.
