Un segundo puesto, un cuarto, un abandono por accidente y una victoria. Esos han sido los cuatro resultados que ha conseguido el Volkswagen Polo R WRC. Podríamos decir que el coche alemán ha nacido con un pan debajo del brazo. Pero el hecho de igualar el record de Audi, consiguiendo en su segundo rally la primera victoria, parece que no ha hecho que Volkswagen se duerma en los laureles y ya tiene casi lista su primera gran evolución.
Por ahora, lo poco se ha desvelado es que el coche contará con un nuevo freno de mano, algo que les será de mucha ayuda en las secciones más lentas de rallyes como el de Portugal o México. Precisamente será en la cita norteamericana en la que vea la luz dicha evolución instalada en los coches de Sébastien Ogier y Jari-Matti Latvala, mientras se espera que Andreas Mikkelsen también la lleve en su debut en el Rally luso.
Una buena demostración de que las declaraciones realizadas por los responsables del equipo sobre que no esperaban lograr los éxitos hasta la temporada que viene, eran más un intento de restarse presión que la verdadera realidad. Desde luego contrasta con la realidad del resto de los equipos, que ya cuentan con proyectos de más de dos años a sus espaldas, y que tienen que ingeniárselas para seguir mejorando unos coches ya maduros.
Sin ir más lejos, M-Sport ha tenido que retrasar la llegada de su próximo paquete de mejoras (con motor desarrollado desde cero incluido) debido a la falta de tiempo para tenerlo listo desde el comienzo de la temporada. Mucho tendrán que ponerse las pilas Citroën y Ford, de confirmarse el potencial de Volkswagen demostrado durante los dos primeros rallyes de la temporada. Podemos estar ante una larga época de dominio de Darth Vader (Sébastien Ogier) y su particular estrella de la muerte.
Vía | Echappement (edición impresa)
