El pasado fin de semana, Valentino Rossi se hizo con su noveno Campeonato del Mundo. Ya relajado tras un año complicado, para el italiano es hora de coquetear con el Gran Circo como ya ocurriera en 2005 y a finales del pasado año. Esta vez il Dottore ha sido claro: quiere ponerse al volante de un Ferrari de Fórmula 1.
El extrovertido piloto le ha pedido por escrito a Stefano Domenicali una test a los mandos de un Fórmula 1. Diversión, marketing u opción. Mucho de las dos primera poco de lo último. La realidad dice que el aura de Valentino es tan grande que nadie le puede negar una simple prueba, pero que más allá de eso es una utopía. Sirva de ejemplo que un campeonísimo como Sébastien Loeb quedo muy lejos de los mejores tiempos en su último test a bordo de un GP2. Y si Rossi no es manco, tampoco lo podemos decir del piloto francés. Valentino Rossi se divertirá al volante de un bólido de la escudería, pero que nadie venda humo porque no habrá más.
Vía | Marca
