Comenzó una de las temporadas más esperadas de la última década del Europeo de RallyCross. Liam Doran, Petter Solberg o Timur Timerzyanov partían como principales favoritos, pero fue el Wild-Card el que se llevó el gato al agua. Tanner Foust, que confirmó la última semana antes de comenzar la temporada su participación en la primera prueba, dominó con mano de hierro un fin de semana marcado por otros nombres propios.
El primero de ellos fue Timmy Hansen que marcó el mejor tiempo de las rondas clasificatorias y que dejó una buena muestra de que por su sangre recorre sangre campeona del mundo. Por su parte, Petter Solberg corrió peor suerte a pesar de ganar una de las mangas. El piloto nórdico sufrió primero problemas con el embrague, pero el fin de semana se terminó de arruinar con un fallo en la dirección asistida del Citroën DS3 preparado por su propio equipo. Mucho tendrá que trabajar Solberg para poder preparar una máquina que le permita luchar por el campeonato.
Por su parte, Foust sufrió para llegar a la final debido a un inoportuno pinchazo, pero la victoria en la primera manga le permitiría situarse en la salida en la primera fila de parrilla. Su duelo con el vigente campeón, el ruso Timerzyanov, acabaría pronto debido a un error del piloto de Citroën-Red Bull que terminaría con un pinchazo que le apartaría de la lucha por la victoria en Lyden Hill.
Liam y Pat Doran, Andreas Bakkerud y Henning Solberg no tendrían mucha suerte y no podrían acceder a las dos semifinales. Parecida fortuna sufriría el nuevo Volkswagen Polo T16 de Anton Marklund que sufría numerosos problemas en la disputa de la segunda semifinal. Ulrik Linnemann ganó la final S1600 con facilidad, mientras que el norirlandés Derek Tohill ganó en el Touring Car a pesar de sufrir problemas de embrague.
