De nuevo otra jornada desaprovechada por parte del equipo Red Bull y en especial por Sebastian Vettel, que tras las mejores sensaciones dejadas por el RB10 ayer con Ricciardo al volante, hoy el alemán sólo ha podido rodar media vuelta. El cuatro veces Campeón del Mundo de Fórmula 1 ya piensa en el Gran Premio de Australia y en que las nuevas piezas que llegarán de Milton Keynes ayuden a solucionar la papeleta por la que están pasando.
Poco más de dos semanas para que el equipo de las bebidas energéticas pueda tratar de solucionar los problemas de fiabilidad sufridos durante los primeros test de pretemporada. El coche mejoró con respecto a lo visto en Jerez, pero sin duda no ha sido lo suficiente para una escudería que ha dominado durante las últimas cuatro temporadas. A pesar de mostrar un ritmo correcto en pista, los continuos fallos en la parte de la mecánica y del software les ha impedido sumar los kilómetros necesarios para ganar confianza con el nuevo monoplaza.
De esta forma, tanto Vettel como Ricciardo (que afrontará mañana su último día de test) se plantarán en Melbourne prácticamente sin conocer las reacciones del RB10 y sin haber llegado a rodar al límite, algo que sí han hecho durante la jornada de hoy Felipe Massa con el Williams y Nico Rosberg con el Mercedes AMG. Mientras que Vettel, que tenía programada una simulación de carrera para la jornada de hoy, ha tenido que seguir la acción en pista desde boxes después de que un problema eléctrico que no se había detectado anteriormente surgiera en su coche. Posteriormente una fuga arruinaba las pocas posibilidades del alemán de rodar.
Es difícil decir cuánto tiempo nos va a costar solucionarlo. Creo que algunas cosas se arreglarán gracias al montón de piezas nuevas que llegarán para el coche en dos semanas. Es obvio que no hemos rodado demasiado, pero lo poco que hemos hecho ha sido muy prometedor, así que creo que una vez que nos pongamos en marcha, la velocidad debería estar bien.