Carrera muy extraña la del pasado fin de semana en la ciudad del motor estadounidense. Y es que la prueba estuvo detenida durante dos horas para reparar los desperfectos producidos en la pista. Tras dichas reparaciones, la carrera se reanudó con la disputa de tan sólo 15 vueltas más (se disputaron 30 vueltas menos de las 90 programadas inicialmente), en las que Scott Dixon supo mantener su primera posición y llevarse así la victoria.
Dixon que salía desde la pole y supo imponer su ritmo para acabar por delante del vigente ganador de las 500 Millas de Indianápolis, Dario Franchitti, y de Simon Pagenaud, que finalmente completaron el podio de la prueba. Peor suerte tuvo Takuma Sato, que tras estar peleando hasta las últimas vueltas la victoria de la Indy500 aquí de nuevo tuvo que abandonar por un accidente.
El que también ha continuado la racha, en este caso positiva, ha sido Oriol Servià. El catalán que ha visto como el motor Chevrolet ha traído a su coche y equipo fuerzas renovadas terminaba en quinta posición (segundo Top 5 consecutivo) por detrás de Will Power y justo por delante de Tony Kanaan después de haber remontado 12 posiciones.