Allá por 2010, la Fórmula 1 recibió a cuatro nuevas escuderías: Sauber (que tomaba el hueco dejado por BMW), Hispania Racing, Virgin Racing y Lotus F1 Racng. Curiosamente las dos últimas tenían en sus hombres fuertes a dos propietarios de grandes aerolíneas, Richard Branson de Virgin y Tony Fernandes de Air Asia. En aquella primera temporada a Branson y Fernandes se les ocurrió apostar que el propietario de la escudería con peor clasificación al final de la temporada tendría que hacer de auxiliar de vuelo en la aerolínea del ganador. En aquella temporada, Virgin Racing fue el farolillo rojo de la parrilla siendo Sir Richard Branson el perdedor.
Tres años después, Richard Branson (que ni siquiera está presente ya en Marussia F1 Racing) ha cumplido la apuesta. Con un traje hecho a medida, el británico hizo gala de su buen carácter y además de verstirse de auxiliar de Air Asia se maquilló y peinó para "dar más el pego". Branson asistió a los pasajeros de un viaje muy especial. Y quizás es por esta buena acción es por lo que esta noticia ha llegado hasta aquí. Los billetes del vuelo, un Perth-Kuala Lumpur, fueron vendidos con fines benéficos siendo el dinero recaudado destinado a la Starlight Children’s Foundation Australia.