Llevo todo el año queriendo explayarme sobre este tema, pero lo cierto es que no he encontrado el momento. Desde Suecia me di cuenta de que algo no iba bien en la firma de Versalles y así fue confirmándose a lo largo de la temporada. La bajada evidente de la inyección de dinero por parte la casa matriz se ha notado en el programa de rallyes, que además ha visto como el proyecto hermano en el WTCC ha terminado de restarle fuerza.
Todo ello a pesar de que el dinero de Abu Dhabi llegó como agua de mayo después de bajarse del carro de Ford en 2011 y dejarle a la marca del ovalo sin una buena cantidad de millones. Khalid Al-Qassimi llegaba con sus petrodólares a codirigir un equipo en el que Yves Matton continuaba como responsable, demostrando de sobra que no estaba preparado para dirigir una estructura como la de Citroën, mucho menos si tenemos en cuenta que era la primera temporada después de la dictadura de Sébastien Loeb.
¿Por qué digo esto? Básicamente porque las decisiones del belga no han sido las más acertadas, ni las más convenientes para mantener el equipo al primer nivel. Todo ello dejando bien claro el hecho de que estoy seguro de que Matton fue uno de los responsables a la hora de asegurar la continuidad del equipo y firmar el patrocinio con Abu Dhabi, pero también es cierto, que desde los fichajes de los pilotos hasta sus declaraciones no han sido todo lo correctas que se esperaban.
Es más, no fue nada caballeroso cebarse con el rendimiento de sus pilotos cuando él es el primero que es consciente de que el coche no ha recibido ni una sola evolución durante toda la temporada, y a su vez, los test son cada vez más limitados. Además dichas jornadas siempre suelen ir dirigidas a reglar los coches de cara a la siguiente prueba (en algunos casos como el Rally de Catalunya ni siquiera hubo tests) y no para desarrollar nuevas soluciones para el DS3 WRC.
Es por ello que me parecen curiosas las criticas, más aún tras ver como en Alemania o Alsacia prácticamente ni destacó la actuación de un acertado Dani Sordo del que había dicho estar decepcionado durante pruebas anteriores, o como en Australia, dónde le faltó ajusticiar a un Kris Meeke que se encontró un verdadero “marrón” subiéndose al coche después de estar meses parado. Mientras tanto, Jost Capito estaba en el otro lado de la moneda, cubriendo a Jari-Matti Latvala después de la rotura de la suspensión en Finlandia, tras un incidente muy similar al de Sordo en la cita española.
Y es que la sombra del alsaciano es demasiado alargada, incluso para su propio equipo. Ha quedado más que demostrado que Loeb ha puesto siempre un plus aunque sus coches no estuviesen a la altura o ya se quedaran anticuados. Un buen ejemplo es la temporada de 2006, ya con un Xsara WRC dando sus últimos coletazos y con el equipo Kronos llevando el mantenimiento y preparación de los coches. Sin evoluciones y sin contar con el experimentadísimo y sobresaliente personal de Citroën Racing el nivel mostrado por Sébastien fue al que nos tiene acostumbrados y prácticamente nada pudieron hacer los Ford oficiales y Marcus Grönholm para pararle los pies a pesar del accidente de quad que tuvo a Loeb en el dique seco unas cuantas semanas.
Sin el nueve veces Campeón del Mundo de Rallyes, el DS3 WRC ha demostrado no ser esa arma perfecta y precisa que muchos pensaban. Ya en 2012 se pudo ver que el Ford Fiesta RS WRC le había comido todo la ventaja obtenida durante la primera temporada de los World Rally Cars con motor 1.6 Turbo. Incluso se podría decir que los coches construidos por los hombres de Malcolm Wilson se encontraban por delante de los franceses. Una temporada después, podemos decir que en potencial puro (dejando de lado los problemas de fiabilidad de los coches de M-Sport) tanto el Polo R como el Fiesta RS se encuentran por delante de él. Veremos si el Hyundai i20 WRC de transición también sigue la inercia y supera al DS3…
Las notas a los pilotos:
Tampoco es excusa para ver que la temporada de sus dos pilotos no ha sido todo lo buena que debería ser en el caso de un equipo oficial. Se podría decir que este año, la firma de los dos chevrones ha tenido dos zapatos derechos, dos pilotos muy similares a la hora de afrontar los rallyes y con poca ambición en el caso del primer espada. Justo todo lo contrario a lo que ha ocurrido en el caso de M-Sport que se la jugó a la hora de elegir y a los que le ha salido una jugada redonda con Thierry Neuville, obviamente en Cumbria ya sabían que no iban a tener demasiada opción a luchar por ninguno de los títulos.
El caso de Mikko Hirvonen ha sido el más sangrante. Creo que pocos a principio de temporada mantenían la idea de ver al finlandés batallándole a los hombres de Volkswagen por el entorchado. Ni sombra prácticamente del primer piloto de Citroën, que además de ver como no conseguía ni una sola victoria (a pesar de haber en el calendario rallyes tan favorables como Cerdeña. Finlandia o Gales) y viéndose casi superado por su compañero de equipo, el especialista en asfalto, en un calendario lleno de tierra.
Ese mismo compañero de equipo que no participó en Australia, que compitió en Suecia con una unidad del Citroën DS3 WRC de PH Sport y que ha tenido que adaptarse a un coche que prácticamente no conocía, sin demasiados test para ganar confianza en la tierra, verdadero caballo de batalla del cántabro esta temporada. Al contrario que en el asfalto, no podemos considerar al de Puente San Miguel como un de las referencias en tierra, pero en rallyes como el de Portugal o Argentina ha demostrado que puede estar delante de haber tenido la confianza suficiente en el coche y unos reglajes adecuados. Obviamente, los errores en Suecia y Portugal sumados a las difíciles sensaciones mostradas en México y Finlandia parecían hundir la moral de Sordo, algo que quedó demostrado a la hora de llegar a Alemania, Alsacia y Catalunya que no era del todo así.
El bagaje de Hirvonen son dos segundos puestos y tres terceros, pero la prueba más fehaciente de su floja temporada es que tan sólo ha sumado un punto en una Power Stage, la del Rally de Argentina, un coto privado de Volkswagen en el que hasta Sordo ha conseguido sumar tres puntos en Alsacia y dos en Alemania. Incluso Gales, que solía ser un rally en el que Mikko se sentía como en casa, fue una autentica debacle después de volcar cuando sólo se llevaba etapa y media de competición, no encontrándose en ningún momento en la lucha con los Polo R WRC. Obviamente, no conseguir ni una sólo victoria en 13 rallyes, o el triunfo en una de las Power Stages deja en evidencia el pobre año realizado por el llamado a tomar el relevo de Sébastien Loeb. Para alguien que ha peleado hasta la última prueba por obtener el título en hasta dos ocasiones no puede recibir algo más que un suspenso.
En el caso de Dani Sordo, la recta final del 2013 ha salvado la temporada. Sobre todo la victoria en Alemania y las buenas sensaciones dejadas en Catalunya y Alsacia han elevado su nota hasta el aprobado. Obviamente, el piloto español no es Sébastien Ogier o Loeb, pero su temporada, dentro de lo irregular ha sido mejor que la de pilotos que últimamente son más apetecibles para los equipos, como Kris Meeke o Mads Östberg.
Por último, a Loeb habría que ponerle un no presentado tras sólo realizar cuatro pruebas de trece posibles, pero al nueve veces Campeón del Mundo de Rallyes (10 si contamos el título Junior) es difícil no calificarle tras conseguir la victoria en dos pruebas, un segundo puesto en el siempre difícil Suecia y estar peleando hasta su salida de pista con los dos Volkswagen y los “asfalteros” Thierry Neuville y Dani Sordo en Alsacia.
El galo merece un notable que destaca tras ver la pobre temporada del equipo que difícilmente superará el cinco si valoramos globalmente a la estructura de los dos chevrones. Sobre todo, tras fiascos como el vivido en la última prueba del Mundial, cuando utilizaron el noveno chasis para el Citroën DS3 WRC número 3, mientras que el reglamento dictamina que sólo pueden usarse ocho. Como resultado 5 minutos de penalización a Dani Sordo antes siquiera de haber empezado el rally.
Kris Meeke o Robert Kubica no merecen calificación, a pesar de hacer "buenas actuaciones" hasta que sufrieron los accidentes en los rallyes de Finlandia y Australia en el caso del norirlandés, y en Gales en el caso del ex-piloto de Fórmula 1.
En Motorpasión F1 | Resumen WRC 2013