El equipo Red Bull apenas ha rodado ocho vueltas en los entrenamientos de pretemporada de Jerez. Problemas en el motor Renault y en el RB10 del equipo de las bebidas energéticas ha provocado que las pruebas no vayan según lo previsto y empiecen el año con graves problemas de fiabilidad.
De una forma apresurada y repentina se marchó Sebastian Vettel ayer a su casa. El semáforo seguía en verde, pero no para Red Bull, que apenas había dado ocho vueltas de las que ninguna fue con tiempo cronometrado. No es lo esperado: son los campeones del mundo y durante los últimos años han presumido de tener la máquina más fiable y rápida. Aunque estemos en pretemporada, no es lo esperado, y si han venido aquí es porque el objetivo es prepararse lo mejor posible.
Remi Taffin, de Renault, dijo ayer en las puertas del camión de Renault que sus problemas "de integración" del motor iban a ser reparados para hoy. Y es lo que parecía por la mañana, ya que el Toro Rosso y el Caterham dieron algunas vueltas a primera hora, aunque fueron los de Faenza los que más lo hicieron, dando veinte vueltas.
El día ya ha acabado para Red Bull y, según se rumorea, Christian Horner y Adrian Newey se han vuelto a Milton Keynes para intentar buscar una solución a los problemas que parece que van más allá del motor.
