Mucho es el dinero que Dietrich Mateschitz puso sobre la mesa para que Red Bull entrara en el club de las grandes escuderías de Fórmula 1. En 2009, a pesar de contar con tan sólo cinco años de bagaje (los años anteriores de Jaguar no fueron un camino de rosas) y tras ver como en 2008 eran superados por su escudería satélite, Red Bull fue una de las grandes sorpresas de la temporada. Christian Horner, Adrian Newey, Sebastian Vettel y Mark Webber plantaron cara al coco del año, Brawn GP.
Tan buenas fueron las prestaciones del Red Bull RB5 que de haber concluido con alguno de los títulos, nadie hubiera podido sorprenderse. Pero finalmente no pudo ser. Al final, la escudería anglo-austriaca tuvo que contentarse con ambos subcampeonatos. Que no está nada mal. Una batalla que en palabras de Mateschitz se perdió por los dobles difusores.
En 2010, el magnate de las bebidas energéticas no quiere excusas y ha sido claro en sus peticiones para la temporada que está a punto de comenzar: títulos. A tenor de lo visto en los entrenamientos de pretemporada, la evolución del RB5, el RB6 será un monoplaza que podrá luchar con los F10, MGP W001, MP4-25. Dicen que llegar a la cima es fácil, que lo difícil es mantenerse.
Vía | Autosport