Yo no sé si será por la marcha de Jean Todt, por la incapacidad del nuevo jefe de la Scuderia Domenicalli o por un cúmulo de mala suerte, pero lo que está claro es que hasta ahora este año las cosas no funcionan bien en Ferrari.
Tras el desastroso Gran Premio de Australia del pasado fin de semana, esta mañana Kimi Raikkonen se ha perdido más de la mitad de la primera sesión de entrenamientos. Su Ferrari F2008 se quedaba detenido en plena pista y todo hacía indicar que una nueva avería afectaba al coche.
La grúa ha tenido que sacar el coche de la pista y el finlandés se iba con cara de pocos amigos. Pero de peor mal humor se debe haber puesto al descubrir a llegar a boxes que el motivo de que su F2008 no andara más era tan simple como que se había quedado sin gasolina. Así de simple. Al parecer, y según ha reconocido el equipo italiano en su comunicado de prensa posterior a la carrera, una falta de entedimiento entre el muro y los boxes ha provocado que el coche del finlandés no cargara la gasolina que estaba previsto y que eso acabara provocando que se quedara tirado en plena pista.
Luca Baldisserri reconocía sin ningún tipo de rubor que "esta mañana se han cruzado las comunicaciones entre el muro y los boxes y eso ha provocado que Kimi se quedara sin gasolina". Tanta tecnología, tantos millones de presupuesto, y así andamos...
