Las estadísticas nos dejan más curiosidades, además de ser el podio más joven de la historia de la F-1. El finlandés Kimi Raikkonen ha logrado en Australia lo que ningún otro piloto de Ferrari en toda su historia: debutar con victoria y pleno al volante del coche italiano.
Su triunfo, la vuelta rápida y la pole le colocan por encima de Mario Andretti y Nigel Mansell, los únicos que consiguieron que su primera carrera en la escudería italiana terminase con triunfo.
El gran trabajo del piloto finlandés, que parece haber alejado (al menos hoy) el mal fario que le perseguía en McLaren, le hace entrar así en la historia de las estadísticas de la Fórmula Uno.
Una historia que, por cierto, aún tiene un récord inalcanzable: en 1961 Giancarlo Baghetti se estrenó en la competición con victoria. Pilotaba un Ferrari, pero bajo bandera italiana, tal y como era costumbre entonces.