Después de los entrenamientos de ayer, la gente esperaba un buen resultado por parte de Mercedes. Michael Schumacher era cuarto y Nico Rosberg, aunque séptimo, tenía una buena velocidad. A pesar de ello, el resultado ha sido desastroso. Falta preocupante de fiabilidad en un coche y un toque con un rival para el otro coche. Al final, lo que importa es que el equipo no se lleva ningún punto del Circuito de Melbourne, y esto no es bueno. ¿Qué pasa con Mercedes AMG?
Muchas cosas pueden pasar. Ante todo, mala suerte en el final de Nico Rosberg. Cualquiera puede tener mala suerte y una situación en la que un toque con otro competidor te deje sin puntos. Hoy le ha tocado a Rosberg, otro día le puede tocar a Jenson Button. También es cierto que cuanto más atrás estás, más duras son las batallas. En este sentido, Nico no ha tenido hoy un ritmo de carrera muy allá. El Mercedes parece sufrir de degradación, y no vemos la velocidad del sábado (por eso del S-Duct que tiene más importancia en clasificación que en carrera).
Otra cosa es la fiabilidad. En la Fórmula 1 actual, en la que en muchas carreras nadie abandona por problemas técnicos, y cuando alguien lo hace, suele pertenecer a uno de los tres últimos equipos, esto no debería suceder. Problemas de juventud de un coche que está empezando a mejorar, de acuerdo. Pero hay que solventarlos si quieren acercarse a los grandes. Hablando del coche de Michael Schumacher, el heptacampeón ha realizado hoy una carrera bastante digna hasta que ha abandonado por los problemas en el cambio.
El número siete se ha situado en tercera posición en la salida y, aunque no era tan rápido como los McLaren, se ha mantenido allí hasta que ha abandonado, con Sebastian Vettel atacando. Al final el actual campeón del mundo ha sido segundo, así que es posible que Michael hubiera estado en la lucha por el podio, y como peor posición le auguro una quinta plaza. Pero claro, la fiabilidad no ha estado allí. Es cierto que el coche tiene más buena pinta que el de 2011, y podría ser que mejor que el de 2010, pero hay que pulirlo todo mucho más.
En Australia hemos visto una carrera muy particular, y aunque he visto a McLaren y a Red Bull a otro nivel, detrás tenemos a Lotus, Mercedes, Williams y Ferrari, probablemente en ese orden, pero separados por muy poco tiempo. Hay que recordar que Melbourne es un circuito muy particular, y descubriremos otra realidad, quizás más fiel a lo que será 2012, en Sepang. Mercedes está empezando a recordar a Toyota. Tienen dinero y medios, pero no hay manera de llegar allí. También es cierto que el equipo técnico es fuerte. Deberían mejorar.
Casi que parece que habrá que darles algunas carreras de margen para ver qué pasa, puesto que lo de hoy es solo una carrera. Pero en estos momentos se encuentran en octava posición del campeonato de constructores, y dudo que ese sea el objetivo final de la presente temporada. Ross Brawn y compañía, ¡toca espabilarse, que os queremos arriba dando espectáculo!