La trayectoria ascendente de Honda se vio gravemente interrumpida durante 2007. El equipo japonés vivió en 2006, hasta el momento, su punto álgido, con una victoria de Jenson Button incluida. Todo parecía indicar que se iban a instalar en el grupo de los equipos más poderosos. Nada más lejos de la realidad. El 2007 fue un año para olvidar en el que nada salió como debía.
El 2008 será un año de incógnitas. De momento durante la pretemporada se ha demostrado que el lastre de un año malo, muy malo, es dificil de superar, y que mucho es el trabajo a realizar si quieren reverdecer laureles pasados. De momento cuentan con la experiencia de que situaciones extremas no siempre se resuelven con soluciones desesperadas. Parece que el éxito en la F1 se resiste para los equipos japoneses. Una herida en su orgullo que no creo que les siente muy bien.
Ni Jenson Button ni Rubens Barrichello son jóvenes como para pensar que una temporada mala es un pequeño lunar. Sobretodo para el brasileño al que las oportunidades hace tiempo que se le agotaron. Incluso se rumoreo con que podría ser rebajado a pilotar un Super Aguri en beneficio de Anthony Davidson. Tras el debut del RA108, ni sus pilotos confiaban en él. Aún es pronto, en Australia veremos quien tiene que mejorar, quien luchará por las victorias y a quien les espera una larga temporada.
De momento la mano de Ross Brawn no se nota demasiado. Muchas de las esperanzas de los japoneses pasaban por la mano del británico. Brawn tiene experiencia suficiente como para cambiar todo aquello que funciona mal en Honda, y parece que son muchas las cosas a cambiar. Pronto veremos si ha conseguido algo de lo que se espera de él.
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