Pirelli no se atreve a predecir el comportamiento de sus neumáticos en Canadá. No están seguros de si habrá degradación exagerada o no, así de simple. Durante toda la temporada hemos visto que los neumáticos italianos se desgastan con una facilidad pasmosa, y en Mónaco, donde estrenaron el compuesto más blando, hubo pilotos que resolvieron la carrera con una parada en boxes.
Bien cierto es que lo que vimos en Mónaco es, por primera vez en todo el año, en mi opinión, lo que Pirelli dijo que quería conseguir; diferentes estrategias para llegar a un resultado muy parecido. No en vano los tres primeros clasificados llegaron en un pañuelo a la línea de meta con tres estrategias distintas. Pero volviendo al tema, ¿qué pasará en Montreal?
Para empezar, no hay que olvidar la debacle de los neumáticos Bridgestone el año pasado, lo cual produjo una carrera loca que, en principio, es lo que inspiró a la FIA para pedirle a Pirelli que sus neumáticos duraran poco. Si los Bridgestone se hacían trizas en pocas vueltas, ¿qué puede pasar con los Pirelli? No quiero ni imaginarlo, creedme. No quiero imaginar un ganador con cinco paradas en boxes.
Pues, de hecho, Paul Hembery dice que no cree que la degradación sea tan alta como la gente imagina. Asegura que cuando un neumático es demasiado duro y no da agarre, se desgasta muy rápido. Sin agarre, las ruedas patinan, sufren graining, y se desgastan con facilidad. A pesar de todas estas teorías, Hembery confiesa no poder predecirnada hasta que se vean los primeros entrenamientos libres.
Finalmente, el director de competición de Pirelli dice que no cambiarán ninguno de los cuatro compuestos en lo que queda de temporada. Considera que llegará un momento en que, con los títulos en juego, un cambio podría resultar demasiado crítico y no quieren comprometer las posibilidades de ningún equipo o piloto. Eso es, a menos que vean que alguno de los compuestos simplemenete no funciona bien en ningún sitio.
Vía | Autosport.com