Ayer ya comentábamos las declaraciones de Alonso en las que reconocía no estar del todo cómodo en McLaren. Pues bien, yo creo que el piloto español no se refería tanto a que desde la dirección del equipo se favoreciera a Hamilton sobre la pista, sino más bien a detalles que quedan fuera de la más estricta competición.
¿Un ejemplo? Por insignificante que parezca, es uno más que sumar a la lista. Al parecer, Lewis Hamilton tendrá el privilegio de saltarse una tradición que viene de largo en McLaren y podrá quedarse con el trofeo de cristal. que recibió por su victoria en Montreal. La escudería de Woking tiene firmado contractualmente con todos sus pilotos que los trofeos originales deben ser entregados al equipo para exponerlos en el Centro Tecnológico de McLaren. Pues bien, Ron Dennis ya insinuó el pasado domingo que no estaría bien privar a Hamilton de quedarse con su trofeo. ¿Una tontería? Pues sí, una simple anéctoda. Pero si se suma a las lágrimas del propio Dennis al ver ganar a su pupilo en Montreal, a la complicidad de su mujer con el padre Hamilton en el box o a la euforia de los mecánicos al ver como Lewis le arrebataba la pole a Alonso en Canada, pues entonces ya empieza a escocer.
Está claro que Alonso, mientras reciba el mismo material y trato equitativo que Hamilton, lo que tiene que hacer es centrarse en su trabajo y en enseñarle el alerón trasero al inglés, pero también es cierto que calentones como el del pasado lunes en El Larguero, son de los más humanos. ¿O no?
Vía | F1-Live