El ex piloto francés, quien participó en 158 Grandes Premios con los equipos Ligier, Prost, BAR y Toyota, también se pronunció acerca de la nueva Fórmula 1 y la controversia entre los fanáticos. Según su opinión, con tanta tecnología se pretende identificarla con un público intelectual que entiende sobre prestaciones de sistemas híbridos y estrategias cimentadas en combustible y neumáticos. Para el resto de los fanáticos todo se ha vuelto un disparate porque no se observa una mejoría en la acción deportiva.
Según su concepción, un piloto debería sentir todo el poder del motor para así llevarlo hasta el límite en modo sprint y no en modo maratón. Sostiene que, aunque la tecnología híbrida parezca inevitable en el mundo automotor, los Grandes Premios no han debido degenerarse hasta transformarlos en competencias por dosificar recursos. La Fórmula 1 debe su grandioso legado al poder y a la pasión, por eso la amaban los aficionados.
Me sorprendí cuando observe los nuevos motores porque entendía que en la Fórmula 1 los pilotos deben sentir el poder de sus coches y eso ahora se ha perdido... Esto ya no es la Fórmula 1 tal como la amamos, ya las carreras no son sprints sino maratones donde ahorrar recursos es lo principal para completar el recorrido. He oído que la tecnología híbrida es inevitable, que la electricidad es el futuro, pero no estoy seguro de su pertinencia en la Fórmula 1. Los nuevos coches están plagados de problemas y muchos de ellos originados por las baterías. Si la electricidad es el nuevo combustible debería ser confiable para aplicarse en este tipo de competencia. La Fórmula 1 que conocí no es ésta. Lo de ahora no es Fórmula 1; no hay poder, no hay pasión.
Vía | speedweek