Es posiblemente uno de los rallyes más característicos del Mundial junto a Montecarlo o Finlandia (tranquilos, éste sí seguirá a pesar de algunas informaciones erróneas). Nueva Zelanda siempre se ha caracterizado por ser una prueba de velocidad media/rápida en la que la superficie es una de las preferidas para la mayoría de los pilotos del WRC por ser como si de una pista de esquí se tratara. Ahora, tal y como os comentábamos la semana pasada, parece que se quedará fuera del calendario del campeonato durante unos cuantos años.
La prueba oceánica ha estado durante los últimos años cumpliendo el sistema de rotación con su vecino, el Rally de Australia. Sin embargo, los patrocinadores están exigiendo contratos a largo plazo y en concreto parece que la cita australiana habría firmado uno de tres años. Los altos gastos, sobre todo en logística, que obligan una prueba en esa zona del mundo implica que los equipos prácticamente exijan una sola prueba al año, y en 2014 volvería a ser en teoría el turno de la edición neozelandesa.
Tras los rumores de la semana pasada, parece que todo parece confirmarse, alegando que el sistema de rotación no ha funcionado y que no tiene la viabilidad comercial esperada. La falta de apoyos en el caso de Nueva Zelanda impide poder competir con Australia. La única esperanza es que el actual promotor del WRC no acepte dichos acuerdos a medio/largo plazo, algo que sí ocurre por ejemplo en el Mundial de Fórmula 1, pero parece difícil que volvamos a ver un rally tan espectacular y especial como es el maorí.