Con motivo del Gran Premio de España, la polémica llego a la Fórmula 1 de la mano de Ferrari. Su nuevo alerón trasero presentaba unos salientes que parecían salirse de la norma y rápidamente, Charlie Whiting y sus secuaces pusieron su mirada en el. Por cierto, en la jornada del jueves, el alerón recibió el visto bueno de la FIA.
El alerón trasero fue prohibido pero no por que estuviera fuera de la norma, si nos fijamos en ella el alerón la cumple, pero en voz de la FIA, el nuevo alerón no se ajustaba al espíritu de la competición. Una frase que comienza a ser tan manida que ha perdido buena parte de su sentido. Ahora habría que preguntarnos: ¿Cuál es el espíritu de esta competición?.
El precedente de Brawn GP
Hace ya más de dos años, Brawn GP revolucionó al circo de la Fórmula 1 con un doble difusor. Tras las protestas de los equipos, de los que no lo tenían diseñado así, la FIA decidió en favor de Ross Brawn y aunque, alegal, el alerón no fue prohibido. En aquel momento ya se oyeron voces hablando del espíritu de la competición.
Si nos ceñimos al reglamento, éste no delimitaba el número de planos del difusor por lo que cada equipo podía diseñarlo con unos, dos, tres o los que quisiera. Curioso que tan sólo un año después, los dobles difusores fuesen prohibidos.
Flexible, quién dijo flexible
El año pasado, polémica que se ha visto reproducida en 2011, los alerones flexibles saltaron a la palestra. En este punto, una de las pruebas de la FIA sí que estipulaba la flexibilidad de este elemento. Los alerones de Red Bull no las superaron en primera instancia en incluso tras el Gran Premio de Bélgica, se impusieron test más duros.
Esta temporada, a tenor de las fotos está claro que los alerones delanteros de Red Bull son flexibles. Eso sí, sea como fuere (parece que aún nadie lo sabe), cumplen la norma. Si nos fijamos en el reglamento que dice que ningún elemento aerodinámico puede ser móvil, a pesar de superar los test, el alerón debería ser declarado ilegal.
Con esto no quiero decir que un equipo u otro haga trampas. Cada escudería trata de llevar al límite el reglamento y hace lo que sea necesario. Pero el resultado no es siempre el mismo. Unas veces la FIA prohíbe, otras lo permite. Y con esto lo único que se demuestra es que la FIA se mueve cual velero. Depende de dónde sople el viento…
En 2009, Brawn GP era una cenicienta que convenía que destacara. Todo lo contrario ocurrió con Renault unos años antes. Su mass-damper fue eliminado y con ello toda la ventaja de la escudería gala. En 2011, a pesar del dominio de Red Bull (se supone que para el espectáculo conviene que tanto McLaren y Ferrari se acerquen), el nuevo alerón de Ferrari no ha recibido el OK. No acaba aquí la cosa. Los difusores soplados, inventados por Red Bull y que buena parte de la parrilla ha implementado, parece que van a correr la misma suerte y en el Gran Premio de Inglaterra ya no podrán ser utilizados.
En resumen, la interpretación no correspondida con la naturaleza de las reglas es algo tan subjetivo como el gusto personal y por ello se utiliza al albedrío de la FIA. Mientras nadie se queje…