Entre las distintas tipologías de pilotos que abarrotan las parrillas de medio mundo, hay una especie única que habitualmente son denominados “pilotos de carreras”. En este concepto se engloban aquellos pilotos que demuestran en la pista su valentía, instinto asesino, agresividad y un largo etcétera de virtudes “especiales” al volante. Nico Rosberg es uno de esos pilotos que transmite algo especial que hace que verlo pilotar un Fórmula 1 sea todo un lujazo.
Recuerdo que durante la segunda mitad de 2005, muchos le quitaron al alemán el mérito que se había ganado a pulso, alegando que había conseguido el campeonato de GP2 porque llevaba lo que era considerado el avión de la parrilla, un monoplaza de la escudería ART. Pero llegó a Williams en 2006, y calló muchas bocazas marcando la vuelta rápida en su primer Gran Premio en Bahrein y finalizando en los puntos (7º).
En el segundo Gran Premio de 2006, en Sepang, Nico se coló 3º en la parrilla de salida, y se podría decir que en ese momento finalizó su ascenso en su año de debut. Poco a poco se vio perjudicado por los problemas con su motor Cosworth, y sólo fue capaz de volver a puntuar en el 5º Gran Premio del año, en su casa, en Nurburgring, finalizando 7º. A parte de estos dos resultados, Nico se vio totalmente absorbido por las malas prestaciones de los Williams, y parecía que el joven que apuntaba tan alto ya no era el mismo.
Pero con la llegada de 2007 llegó también el Nico Rosberg que ganó el campeonato de la GP2 en 2005. No ha sido un año espectacular en lo que a puntos se refiere, sobre todo en la parte central de la temporada, pero Nico ha demostrado que es un sensacional piloto, luchando muy a menudo por ser el mejor del resto (McLaren, Ferrari y BMW a parte). Desde Hungría hasta Bélgica encadenó 4 carreras en los puntos seguidas, y ha cerrado la temporada con una 4ª posición de garra y valor que demuestra que este chico es bueno de verdad.
Además, sus clasificaciones han rozado la perfección en muchos momentos, ya que Nico ha sabido sacar todo el jugo de su FW29 a una vuelta, y eso le ha permitido meterse en 11 ocasiones en la selectiva Q3, logrando una magnífica 4ª posición en Hungría. Y si cogemos el rasero que habitualmente se usa para valorar el rendimiento de los pilotos, su compañero Alex Wurz sólo fue capaz de superarlo en parrilla en una única ocasión (Silverstone).
Se espera mucho de este joven alemán, que si no se tuercen mucho las cosas, puede dar mucho que hablar cuando esté a bordo de un monoplaza ganador. Tiene las puertas de todos los equipos de la parrilla abiertas de par en par, así que sólo tendrá que saber escoger bien.