El triple campeón mundial de Fórmula 1, el brasileño Nelson Piquet, volverá a pilotar un Brabham BT52-BMW para conmemorar los treinta años de su segundo título. Su participación será una de las atracciones programadas para el Festival de Goodwood, evento que se realizará en el Reino Unido el venidero mes de julio. Se anuncia que en la celebración también estarán presentes Gordon Murray, diseñador del coche, y Paul Rosche, quien fue director del programa de motores turbo de BMW en los años 80.
Piquet volverá a los mandos de uno de los coches más llamativos de cualquier época, mismo que en su momento fue bautizado como "El Dardo" debido a sus muy particulares líneas aerodinámicas. El BT52 que se presentará en Goodwood es un original de 1983 totalmente restaurado por BMW Motorsport. Así que en suelo británico volverá a rugir el inmenso motor BMW M12 Twin turbo y se desatarán sus 900 CV.
Se recuerda el segundo título de Nelson Piquet porque, además de resultar el más disputado de los tres que obtuvo en su paso por la Fórmula 1, lo consiguió con un monoplaza muy particular. El BT52 fue diseñado por Gordon Murray quien tuvo que apelar a toda su sapiencia para concebir un coche sin efecto suelo, muy liviano, con un tanque de combustible pequeño y cuyos alerones, y pontones, fueran capaces de generar mínimos niveles de ascensión para crear una máximas carga en la parte trasera, justamente donde se origina la tracción.
Aunque esa temporada Piquet solo pudo imponerse en tres Grandes Premios: Brasil (Jacarepagua), Italia (Monza) y Europa (Brands Hatch), fue el piloto que más podios alcanzó con 8 y eso, cuando se compite contra 32 rivales, resulta muy meritorio; y más aún cuando los adversarios son de la talla de Alain Prost, Niki Lauda, Keke Rosberg, René Arnoux, Patrick Tambay, Nigel Mansell, Ricardo Patrese y Elio de Angelis, entre otros.
La combinación Brabham BMW resultó exitosa solo en esa temporada, lo cual le otorga un valor añadido al pilotaje que el brasileño le imprimió al monoplaza. En tal sentido, hay que agregar que, en esos años, la prioridad era extraer toda la potencia posible del motor turbo. Así que el BT52 demostró que la aerodinámica y el piloto también pueden ganar títulos.