Nótese que lo de fantasma no es en el sentido literal, ya que el coche como tal sí que existió. Vaya que sí. Destinado a sustituir al McLaren-Mercedes MP4-17 para hacer frente al Ferrari F2002, el McLaren MP4-18 fue un diseño completamente nuevo obra y arte de Mike Coughlan, Adrian Newey y Neil Oatley. Sí, el primero es el de la trama de los espías. La razón de ser del MP4-18 era que la escudería del cavallino rampante había dado con un monoplaza muy competitivo y los angloalemanes necesitaban darle un giro radical a la concepción del suyo. McLaren quería hacerles frente en 2003.
La realidad es que surgieron varios problemas durante las pruebas de rigor y el bólido nunca llegó a competir. Mucha información se ocultó de cara al público, pero en la escudería se vieron obligados a retomar el diseño anterior, haciéndolo evolucionar a lo que llamaron el McLaren MP4-17D.
Todo esto me viene a la cabeza porque me recuerda al más que mediocre McLaren-Mercedes MP4-24. Otro monoplaza que no está a la altura de las expectativas, aunque con las últimas evoluciones parece que ha mejorado bastante. Bien es cierto que esta temporada Ferrari con su F60 y Renault con el R29 se han cubierto de gloria. O quizá en su favor habría que decir que Brawn GP y Red Bull sí acertaron a la hora de interpretar las normas. Más los primeros que los segundos, ya que desde el inicio han partido con la ventaja del doble difusor. También es verdad que la más que ambigua reglamentación de la FIA no ha ayudado en la tarea, aunque este no es el tema a tratar en este artículo.
El del McLaren MP4-18 fue el diseño más caro de la época. Nunca antes nadie se había gastado tanto dinero en desarrollar un monoplaza y recibió muchísima atención mediática. No era para menos, las expectativas eran muy grandes y había muchas esperanzas puestas en él. Nada más lejos de la realidad, el invento no fue tan revolucionario como se esperaban y todo quedó en agua de borrajas. Tuvieron que dar marcha atrás y evolucionar el MP4-17 para competir con él en 2003.
El monoplaza tuvo varios accidentes durante los test que realizaron, y sobre los cuales se dieron muy pocas explicaciones. Por si fuera poco no pasó las pruebas de impacto de la FIA y tenía graves problemas para refrigerar el motor. Mal iban con tantos incidentes en tan poco tiempo. De la idea original de convertirlo en un rival para el Ferrari F2002 salió un engendro que no había por donde cogerlo. Finalmente desecharon emplearlo en 2003, y no sin pocas modificaciones dio lugar al que sería el McLaren MP4-19, que sí compitió en 2004.
Como nota curiosa, el McLaren MP4-18 lo emplean actualmente como chasis para el simulador del centro tecnológico que el equipo tiene en Woking. Por lo menos supieron sacarle algo de provecho fuera de las pistas.
Lo que sí es cierto es que aquellos monoplazas eran auténticos obras de arte aerodinámicas. Siempre he sentido especial debilidad por los diseños de McLaren, y, aunque el MP4-18 estuviera por debajo de las expectativas, no dejaba de ser una auténtica preciosidad. Nada que ver con los armatostes actuales. Aún recuerdo cuando los McLaren llevaban los nombres de los pilotos en los pontones. ¡Qué tiempos aquellos!
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