Que a tus cincuenta años, con tres décadas de máxima competición a tus espaldas, recales en el equipo más potente de la NASCAR es algo que muy poca gente pueda decir. Pero tras disputar dos temporadas con apariciones parciales, Hendrick Motorsports llamó a la puerta de Martin. El equipo de Carolina del Norte sabía a quien contrataba y Mark Martin no ha tardado en responder a la confianza.
En la Subway Fresh Fit 500 disputada en el Phoenix International Raceway, Martin salía por tercera vez esta temporada desde la pole. El piloto de Chevrolet dominó gran parte de la carrera, liderando más de la mitad de la misma, y si no hubiera sido por una bandera amarilla provocada por su compañero de equipo, Dale Earnhardt Jr la victoria hubiera sido mucho más sencilla. De esas que tan poco se ven en la NASCAR con el primer clasificado muy destacado del resto.
Pero el destino no lo quiso. A falta de once vueltas y con todos los pilotos en pelotón tras el Safety Car, los favoritos decidieron entrar en boxes. Mark Martin volvía a la pista justo por detrás de Kyle Busch, pero el de Joe Gibbs Racing era sancionado por excederse del límite de velocidad en el pit-lane. A partir de ese momento, Martin tuvo que contener a Tony Stewart y deshacerser de Ryan Newman, el cual no había entrado en boxes. Con esta victoria Mark Martin rompe una racha de casi 100 carreras sin victoria.
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