Cinco podios en ocho carreras (dos segundos y un tercero de Kimi Raikkonen y un segundo y un tercero para Romain Grosjean) convierten a Lotus en la segunda escudería que más podios ha conseguido esta temporada, sólo superada por McLaren. Pero la gran diferencia entre la escudería de Enstone y sus rivales, Ferrari, McLaren, Mercedes AMG, Red Bull o incluso Williams, es que a Lotus se le sigue resistiendo la victoria.
A estas alturas pocos dudan que Lotus es la escudería revelación de la actual temporada. El año pasado consiguieron dos podios en los primeros grandes premios pero en 2012 el salto cuantitativo y cualitativo es evidente. Al buen hacer en el desarrollo del Lotus E20 hay que unir el buen trabajo realizado tanto por Raikkonen como por Grosjean.
Del primero había recelos sobre su nivel de compromiso tras dos años de ausencia. Del segundo, se recordaba su frustrante debut tres años atrás. Rotos los estereotipos, en cada carrera ambos están demostrando que son candidatos al podio. Además, si uno falla, como pasó ayer tras los problemas en el monoplaza de Grosjean, el otro está al quite. Eso permite que Lotus ahora mismo esté posicionada en tercera plaza en el Mundial de Constructores. Más incluso de lo que ellos mismos podrían esperar.
Pero parece que todo esto no ha hecho sino que comenzar. Ayer Raikkonen admitió que la segunda posición estaba bien, pero reconocía que no era la posición deseada. El finés admitió que no tenían ritmo para luchar por la victoria. Algo es algo. Cuando el calor hace acto de presencia, las bondades del monoplaza británico con las ruedas y las altas temperaturas del asfalto hacen el resto. A pesar de ello, con los neumáticos Pirelli nunca se sabe. Lo que hoy funciona mañana puede ser un fracaso estrepitoso. De momento, en Lotus pueden estar satisfechos. Van por el buen camino y tarde o temprano sus esfuerzos tendrán como recompensa la tan deseada victoria.