Durante el próximo Gran Premio de Japón buena parte de los pilotos estrenarán cascos. Tras el accidente de Felipe Massa en Hungaroring en 2009, se ha trabajado para que la zona más débil de un casco, la visera, aumente su seguridad. Por ello desde principios de año, varios son los pilotos que han implementado una lámina de zylon en la parte superior de la visera.
El zylon es un material 10 veces más resistente que el acero y que ya se utiliza en los chasis de los monoplazas para proteger al piloto. Además de la lámina de zylon en las viseras, la FIA ha impuesto un nuevo estándar de seguridad en los cascos, reduciéndose el tamaño de la abertura de los cascos. Menos visor equivale a menos parte de la cabeza expuesta, la ecuación parece sencilla.
Pero como suele ser habitual, nunca llueve al gusto de todos. Algunos pilotos, la mitad de la parrilla ya utilizó estos cascos en el Gran Premio de Singapur, se han quejado porque los nuevos cascos son 50 gramos más pesados (aproximadamente la mitad de lo que suele pesar un móvil) y porque la lámina de zylon da ciertos problemas a la hora de quitar las laminas protectoras del visor. Sin olvidar las quejas de otra parte importante del circo. La superficie que normalmente ocupan los patrocinadores en el visor se ha visto reducida.
Sea como fuere, y como ya ocurriera con el HANS, al principio incómodo para casi todos los pilotos, el sentido común reina y las medidas de seguridad ganan la batalla. A fin de cuentas con la seguridad de uno mismo nadie debería jugar.
