La fraternidad en la Fórmula 1 siempre pende de un hilo. Muchos entendidos dentro del paddock coinciden en que de un momento a otro los motoristas entrarán en conflicto. Finalizada la pretemporada, y faltando pocos días para trasladarse a Melbourne, los equipos propulsados por Mercedes lucen muy sólidos, en cambio los que llevan motores Ferrari y Renault todavía tienen varias preguntas sin responder.
En las primeras reuniones entre los motoristas y el Grupo Técnico de la FIA, Mercedes presionó para que los controles de las unidades de potencia fueran más estrictos, Ferrari sugirió más libertad de desarrollo, en tanto los representantes de Renault permanecieron en silencio. Ahora se sospecha que, ante la posible petición de los franceses para modificar su motor en plena temporada, Ferrari también haría lo mismo, lo que lleva a suponer que Mercedes generaría un conflicto político directo tanto con la FIA como con sus rivales.
Los motoristas vienen arrastrando rencores desde que Ferrari estuvo de acuerdo en construir una cubierta protectora del turbo y, al momento de presentar su motor, se descubrió que carecía de ella, observándose un diseño de protector diferente al propuesto en la reunión. Mercedes y Renault sí construyeron la cubierta y ello se traduce en tres kilos de peso adicional. Desde allí empezó a resquebrajarse la confianza y la cordialidad.
Posteriormente, y ante una supuesta petición de Renault para extender el plazo de homologación de motores, los equipos Mercedes y Ferrari dijeron no. Así que Red Bull, Lotus, Toro Rosso y Caterham tendrán que solucionar sus problemas según sus posibilidades, pues para que Renault pueda apelar al Reglamento Técnico, primero debe certificarse que su unidad de potencia presenta defectos de fabricación. Para ello, los retiros deben estar a la orden del día.
Se cree improbable una protesta en Melbourne, pero si el mal sabor de boca con respecto a los motores Renault y Ferrari se acrecienta, es muy probable que la FIA ceda y otorgue las excepciones, en este caso Renault replantearía su arquitectura del motor y Ferrari reforzaría la construcción del suyo. Mercedes estaría pateando la mesa.
Vía | pitpass
