Aprovechando que Jean Todt estuvo en el pasado Rally de Portugal los directores de las dos marcas que actualmente participan de manera oficial en el WRC presentaron sus quejas con respecto al nuevo reglamento. La primera de ellas y más clara viene a raíz de la tardanza de la FIA en sacar las características finales que deberán cumplir los nuevos coches con motores 1600cc y Turbo. En palabras del propio Olivier Quesnel.
Estamos retrasando nuestro trabajo de desarrollo de nuestro coche para el 2011 porque los reglamentos llegan tarde. Igual que M-Sport, estamos con prisa y esta no es, a nuestra forma de ver, la mejor forma de trabajar. Espero, apenas, que todo termine de la mejor manera.
Citroën que lleva un tiempo testando su nuevo DS3 WRC con el motor de su hermanos mayor, el C4 WRC, espera la homologación para este septiembre. A pesar de ello los pasos tomados por la FIA no han facilitado nada el trabajo de ingenieros y encargados de motores. El ejemplo, el de Patrice Davesne, responsable de los propulsores de la marca gala.
Estamos preparando un motor totalmente para el nuevo reglamento, pero no podemos avanzar en la carrocería, ni saber cuando podrá estar el motor para test. Espero que para el verano las cosas estén bien definidas puesto que hay mucho que hacer desde el punto de vista del motor, diseño y otros componentes.
Por su parte en Ford dirigieron su malestar hacia el costo que esta suponiendo el desarrollo del nuevo motor. En voz de Christian Loriaux, director técnico de M-Sport, nos dejó estas declaraciones:
El aspecto más importante viene de la utilización o no de la inyección directa. Actualmente, en un coche que utiliza el futuro bloque de 1.6 turbo permitirá con este sistema una presión entre 150/200 bares contra los actuales 3/5. Es un proceso mucho más complicado, que obliga a hacer un nuevo software, nuevos sistemas de combustible y más costes. Pensamos que los coches de 2011 serán un 40% más caros que los actuales S2000 debido a dicho sistema de inyección directa.
Vía l Autosport