Averías mecánicas, errores de piloto, pinchazos desafortunados y un largo etcétera protagonizaron la pasada campaña del Mundial de Rallyes. De los primeros rallyes de la temporada nos quedan malos recuerdos ya que Dani Sordo tuvo que abandonar en dos ocasiones, por avería de motor y por fallo de suspensión, en las pruebas de Montecarlo y México mientras que en Suecia tuvo que remontar los cinco minutos de penalización por cambio de propulsor.
Pero no fue hasta la última mita de la temporada cuando se endurecieron los problemas para los pilotos. El primer ejemplo fue el grave accidente que sufrió en Alemania Gigi Galli. ¿Resultado? Siniestro total y medio habitáculo junto al piloto necesitando una buena reparación a base de chapa y tornillos. Lo peor llegaba en el trágico rally de Japón donde Patrick Pivato resultó gravemente herido después de que el Focus de François Duval se saliera de pista y chocara contra un poste. En ese mismo rally de Japón Petter Solberg destruía la parte trasera de su Subaru Impreza S14 cosa que posteriormente emularía su compañero de equipo, Chris Atkinson, en la superespecial nocturna del rally de Gales. Sin embargo el accidente que mayor repercusión fue el que sufrió en la prueba británica el piloto finlandés Mikko Hirvonen que terminaba con las esperanzas de victoria y con las del campeonato de marcas para su equipo.
Vía I Fernischumi
