La temporada 2009 del WTCC, al igual que en la Fórmula 1, ha sido una de las más convulsas que hemos vivido, quizás la más ya que el campeonato tan sólo cuenta con cinco años de existencia. El año comenzaba de nuevo con un dominio aplastante por parte de SEAT. El SEAT León TDI se volvía a mostrar como un coche muy superior al resto y los rivales no podían hacer más que luchar por las migajas dejadas por los pilotos dirigidos por Jaime Puig.
Un dominio que se tradujo en las primeras quejas por parte de sus rivales. La FIA y su Consejo Mundial para el WTCC volvió a actuar de oficio creando muchas críticas e ignorando un reglamento para el que tuvieron toda la pretemporada en el que trabajar. La resolución fue que volvieron a hacer cambios que no dejaron contentos a casi nadie y a SEAT menos que a nadie. En Marrakech, la tolerancia de 0,4 bares con que contaban los motores turbo-diesel de los SEAT León se eliminaba. El primer resultado era la exclusión de Tiago Monteiro por superar esa cifra.
Pero la cosa no quedaría allí, en la siguiente cita en Pau (cita marcada por la liada del Safety Car), la FIA de nuevo varió la presión de soplado del turbo, dejándola en 2,7 bares, sin tolerancias. A partir de ahí las prestaciones se igualaron y gracias al nuevo sistema de lastres, que penaliza al modelo y no al piloto, el campeonato quedó mucho más parejo. Tanto que Augusto Farfus comenzó su despegue definitivo en la clasificación, convirtiéndose en el gran rival de SEAT, aunque finalmente los SEAT fueron demasiado arroz.
Al igual que ya ocurriera en 2008, los galones en SEAT los portaban el actual campeón, Yvan Muller y Gabriele Tarquini. El italiano ante la que quizás era su última oportunidad de conseguir el cetro mundial. El francés a repetir título. Y tal como ocurriera el pasado año, tuvimos que esperar hasta la última prueba, en Macau para conocer al campeón. En un carrera marcada por un fuerte accidente, Tarquini lograba su tan ansiado título.
Entre las grandes decepciones del año, que son varias, podríamos encabezar con el enésimo fracaso de Chevrolet. La estructura de Ray Mallock presentaba su nuevo arma, el Cruze. Al volante volverían a estar los de siempre, Menu, Huff y Larini y de nuevo la irregularidad de los tres les impidió luchar por nada más que por las victorias parciales. Seis victorias repartidas en dos para el suizo, tres para el inglés y una para el italiano.
Otra de las grandes decepciones fue el equipo BMW, casi al completo. Quitando a Augusto Farfus ninguno de los otros cuatro pilotos oficiales logró colarse en la lucha por el título. Algo inadmisible para la marca que dominó las tres primeras temporadas del campeonato. Mención aparte recibe Andy Priaulx. El británico ha vivido una temporada para olvidar. Tampoco podemos pasar por alto la decepcionante temporada de Sergio Hernández. Tras conseguir el título del Trofeo de Independientes en 2008, se esperaba algo más del alicantino. La victoria en la segunda de Brno sabe a poco.
Novedad también fue la presencia de un cuarto fabricante, de forma oficial, en el campeonato. Tras debutar de la mano de Russian Bears la pasada temporada, Lada y sus 110 se convertían en coches oficiales. Un coche que daría paso al Lada Priora una vez iniciado el campeonato. Y para que los puntos comenzaran a llegar, se le confió el volante a todo un grande de los turismos, James Thompson. El británico ha compaginado en 2009, el BTCC, el DTC y el WTCC. Los resultados llegaron en Imola. Dos sextas posiciones para el británico son el mejor botín de los rusos a los que les queda mucho trabajo por delante.
Para 2010 nos espera un año de transición. La llegada de nuevo reglamento que introducirá los motores de 1.6 litros turbo en 2011, ha hecho replantearse las cosas a los equipos. BMW ha anunciado que contará con tan sólo con dos coches oficiales, para Priaulx y Farfus. SEAT aún no ha dicho esta boca es mia mientras que Chevrolet si que seguirá con al menos 3 unidades y una de ellas para Yvan Muller con la clara misión de luchar por el título.
En Racingpasión | Lo mejor del 2009