De verdad, y aunque sé que no será demasiado popular, pero me gusta Lewis Hamilton como piloto. Tiene un "algo" especial que lo hace diferente al resto. Pero lo que es evidente es que este chico se baja del monoplaza y no hace más que cagarla. Hacía mucho tiempo que no veía una muestra de soberbia a la altura de estas palabras: "La lucha por el Mundial será una cosa entre Kimi y yo". Genial, Lewis. Está claro que si pilotaras con la lengua, no llegarías nunca a nada.
A lo mejor es una reacción de venganza a las palabras del otro día de Fernando Alonso, en las que hizo alusión a los nombres de cada uno de sus compañeros de equipo en su carrera en Fórmula 1, desde Marques hasta Fisichella, olvidándose "sin querer" a su amigo Hamilton. Pero Lewis, has meado totalmente fuera de tiesto, porque descartar directamente a tu nuevo compañero de equipo, Heikki Kovalainen, no creo que sea lo más políticamente correcto que un piloto pueda hacer. Desde luego, si la temporada pasada estuvo cargadísima de tensión, no quiero ni pensar qué puede pasar en 2008 en el caso que el R28 le permita a Alonso luchar directamente con los McLaren. Entonces no habrá compasión, ni "órdenes" de equipo, y la lucha del año pasado puede quedarse en una simple anécdota con lo que podemos vivir esta temporada. Porque es evidente: la prensa británica está metiendo unos aires de grandeza en la cabeza del británico que todavía no toca tener. Cuando seas campeón del mundo, y lleves un par o tres de años luchando en cada carrera, lo que quieras. Pero todavía es pronto para jugar la carta del "yo soy el rey".
Pero nada, a lo suyo: “Creo que Renault es una escudería bastante fuerte como para hacer un coche competitivo sin necesitar de nadie, y si el coche es bueno, cualquiera de sus dos pilotos podrían ganar alguna carrera". Lewis, si el coche fuera bueno como para ganar alguna carrera, ¿te atreves a descartar del título a Fernando? Dejemos las viejas rencillas para la pista, que seguro que nos divertimos todos mucho más.
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Vía | Marca