Ni Raikkonen ni Alonso; ni siquiera Heidfeld. El gran protagonista del día en Australia es Lewis Hamilton. Pocas veces sucede que un debutante se muestre tan firme y seguro en una sesión de clasifiación, y Lewis lo ha hecho con mucha solvencia.
Se ha clasificado cuarto, a sólo tres décimas de Alonso, y con un coche que parece algo peor que el Ferrari y del que hasta mañana no sabremos el verdadero nivel en comparación con BMW.
Le tengo mucha simpatía a este piloto. Siempre ha sido rápido y espectacular, pero muy respetuoso con sus compañeros de equipo y de categoría. A McLaren ha llegado con ambición pero mostrando mucha admiración hacia el doble campeón del mundo.
Incluso las historias que llegan de su vida personal le colocan como un gran luchador, que utilizaba sus victorias para animar a su hermano pequeño, aquejado de parálisis cerebral y del que nunca se separa.
La prensa española vendía la disputa por el segundo asiento en McLaren como una lucha igualada. Para mí no había color: juventud y talento frente a veteranía y buen hacer. En apenas una carrera Hamilton ya está más cerca de Alonso de lo que De La Rosa estuvo de Raikkonen el año pasado.
Como dice Ron Dennis, Hamilton ya ha cumplido sobradamente con lo que ha hecho este fin de semana. Todo lo que se añada será un extra.
En RacingPasion | Hamilton debuta con buen sabor de boca En MotorPasion | Alonso y Hamilton, el dream team de McLaren ; Hamiltonianos y anti-Hamilton ; Hamilton cierra el debate y las bocas
