Podrá caernos bien, mal o peor. Podremos buscar en el británico al culpable que ha privado a Fernando Alonso de coronarse tricampeón del mundo. Podremos poner de excusa que se ha visto subido por arte de magia en un velocísimo MP4-22. Podremos decir que ha estado utilizando los reglajes de Alonso todo el año. Podremos incluso pensar que la FIA ha estado desenrollando la alfombra roja a sus pies durante toda la temporada. Pero no nos dejemos llevar por estos sentimientos que a veces nos ofuscan el sentido común: Lewis Hamilton es un piloto extraordinario, que ha abierto una era en la Fórmula 1 que este deporte necesitaba a gritos. Una era de luchas de verdad entre pilotos.
Con la mano en el corazón, ¿cuánto tiempo hacía que no seguíamos con tantísimo interés un Mundial? ¿cuánto tiempo hacía que no veíamos a dos pilotos en paralelo aguantar el pie a fondo encaminándose hacia Eau Rouge? ¿cuánto tiempo hacía que España entera no gritaba a la vez, cuando el británico parecía quedarse fuera del Gran Premio de Brasil? No existen grandes campeones sin grandes rivales. Personalmente, tengo que agradecer a Lewis Hamilton habernos traído al Mundial ese Barça-Madrid que tantas emociones levanta. Y si nos paramos a analizar la temporada de Lewis Hamilton, no podemos ponerle otra nota que no sea un sobresaliente. Muchos pensaréis que haber perdido el título a última hora no merece un sobresaliente. Yo pienso que de haberlo ganado hubiera sido de Matrícula de Honor. Recordemos que es un debutante. Su objetivo a principio de año no podía ser ganar el título. Muchos se hubieran reído si así hubiera sido. Por lo tanto, ha superado con creces las expectativas: 4 victorias, 6 poles, 12 podiums, sus 9 primeras carreras finalizando en el podium, 2 vueltas rápidas, 2º del campeonato a 1 punto de Raikkonen... ¿Qué más se puede pedir a un recién llegado?
Lewis Hamilton tuvo una entrada fulgurante en la Fórmula 1: sus nueve primeras carreras se contaban por podiums, consiguiendo la primera victoria de su vida deportiva en su sexto Gran Premio. Es el piloto que ha liderado durante más Grandes Premios la clasificación general, pero quizás su condición de novato salió a la luz mucho más tarde de lo esperado: en el tramo final de la temporada. En China y Brasil fue donde Hamilton se dejó el sueño británico del título en su temporada de debut. 2 puntos de 20 posibles. Inadmisible para un aspirante a Campeón del Mundo, pero comprensible tratándose de un debutante. Las ganas le pudieron. No supo controlar la situación, y todo se fue a pique.
En pista, ha sido una de las sensaciones del año. Un piloto fino y rápido, pero capaz de sacar su lado más agresivo cuando se trataba de ascender posiciones (el adelantamiento a Raikkonen en Monza, o a Heidfeld en Magny Cours así lo atestiguan). Además, sus primeras salidas en la categoría fueron de infarto, ganando posiciones en cada una de las carreras. Me encanta ver pilotar a Hamilton, en definitiva. Pero los admiradores que podría haberse ganado sobre las pistas, los ha perdido seguramente fuera de ellas. No entraremos a listar todas las polémicas que ha generado el británico, pero no le han beneficiado en absoluto. En definitiva, el Dr. Jekyll y Mr. Hyde de la parrilla. Pero va a dar que hablar en el futuro. Y mucho.
En Racingpasión | Resumen Temporada 2007