Los pilotos nórdicos han vuelto a dominar la prueba sueca. Sin embargo esto no nos ha impedido ver un grandioso espectáculo sobre la nieve. Sobre todo nos ha permitido disfrutar de un gran duelo de ex-compañeros, entre Jari-Matti Latvala y Mikko Hirvonen, y que finalmente se llevaba el actual piloto de Ford a pesar de un pinchazo “in extremis”.
Un rally que estuvo sin duda dominado por los errores y problemas de los pilotos. Entre ellos lamentablemente se encontraba nuestro representante, Dani Sordo. El cántabro, que estaba realizando una gran actuación, primero se salía de la carretera y después tenia un toque contra un banco de nieve. Finalmente el motor decía basta al perder la correa de la distribución y subir alarmante la temperatura. Un hecho que hizo sin duda que también se caldeara el ambiente del habitáculo tras toda la tensión acumulada durante las últimas semanas.
Petter Solberg u Ott Tänak tampoco se libraron de los trompos o pequeños toques. Pero el que se llevó la palma este fin de semana fue Sébastien Loeb. El alsaciano tuvo dos trompos, se quedó atascado en una ocasión y pinchó una de sus ruedas en la etapa del sábado. Era de esperar entonces el furibundo ataque que realizó para llevarse la Power Stage y tres puntos que alivian el mal resultado general.