Siempre está bien cambiar de aires, ir a una prueba diferente y sin duda el rally de Japón es el mejor ejemplo de algo exótico. Lo primero que sorprende es la gran cantidad de público que se acumula en los enlaces y en los parques de asistencia, mientras que en los tramos es muy complicado encontrarte a aficionados desperdigados por el bosque. Esto hace que tras una salida de pista, por pequeña que sea, es casi imposible volver a la carretera.
El ejemplo más claro fue el de Kimi Räikkönen que tras una pequeña salida durante el primer tramo del domingo no pudo volver a pista al dejar su Citroën C4 WRC aparcado en un pequeño barranco. Caso parecido el de Mathew Wilson que tras una fuerte frenada se quedaba atascado en una cuneta que sumada a la tierra blanda que había hacia imposible seguir en competición para el “hijo del jefe”.
En cuanto al resto poco más ya que en esta ocasión la entrada de los SWRC no fue memorable y tan solo los Grupo N pudieron darnos algo de juego. Entre ellos “Toshi” Arai que en una zona bacheada perdía el control de su Subaru Impreza y terminaba empotrado contra uno de los arboles que delimitan la pista. Y como no, la alegría y lo más espectacular del ganador del rally, Sébastien Ogier. Espero que os guste.
Video | Fernischumi