La prueba francesa ha sido sin duda una de las mejores de la temporada. No solo porque Dani Sordo ha estado muy cerca de conseguir su primera victoria, sino por la cantidad de cosas y sorpresas que se han dado lugar durante los tres días que ha durado. Obviamente el abandono de Sébastien Loeb ha permitido que la prueba tuviera más pilotos implicados en la lucha por el triunfo.
Con los Ford desaparecidos en combate, con un Hirvonen más erróneo que nunca, el peso de la emoción quedaba en los Citroën, acompañados en esta ocasión por un Dani Sordo brillante. El Mini ha nacido con un pan debajo del brazo y en asfalto, dónde el cántabro se crece, ha demostrado por segunda vez esta temporada que es una bala. La plasticidad y la suavidad de las imágenes en las que aparece el Countryman WRC es más que notable.
Por lo demás la carrera estuvo llena de incidentes y acciones espectaculares. Las estacas metálicas dejaron su impronta y la salida de pista de Kris Meeke dejó lo que es una de las imágenes del fin de semana. Evgeny Novikov tampoco se libraba y dejaba de nuevo un error poco habitual en un piloto del WRC. De nuevo lo siento por Dennis Giraudet que rally tras rally está poniendo su vida en manos del ruso.
