Impresionante de nuevo el dominio mostrado por el equipo Volkswagen en el Rally de México. Tras dos impecables victorias en Monte-Carlo y Suecia, la prueba norteamericana podría ser el lugar indicado para que la racha se cortara, con sus tramos repletos de cientos de trampas y suponiendo un gran desafío para las mecánicas. Sin embargo, la racha triunfal del equipo alemán sigue inalterable y ya acumula seis meses, desde el Rally de Australia (sí, el último no Volkswagen que ganó fue Dani Sordo en Alemania), sin que nadie en el WRC le haga frente.
Seis meses en los que los que el equipo Volkswagen ha acumulado siete victorias consecutivas entre Jari-Matti Latvala y Sébastien Ogier. México no fue diferente y un nuevo doblete se sumaba al palmarés del Polo R WRC en el Campeonato del Mundo de Rallyes. A pesar de ello, algo está cambiando, el trabajo psicológico que está realizando Jari-Matti Latvala le está siendo de gran ayuda y por primera vez en su carrera a los mandos de un volante oficial no está fuera de la lucha por el campeonato en la primera parte del calendario.
La firma germana parece tenerlo todo bajo control. Incluso según informa MaxRally, compraron carne estadounidense y argentina para evitar el riesgo de que sus pilotos dieran positivo en el control antidoping por clenbuterol. Ahora lo único que parece poder zarandear los sólidos cimientos del equipo de Jost Capito sería la lucha interna entre Latvala y Ogier, únicamente separados por tres puntos en la general del campeonato. Aunque también es cierto que a pesar del entrenador mental contratado por Volkswagen Motorsport, sigo viendo mucho más sólido al galo en una posible lucha de tú a tú con el nórdico.
Parece que el siguiente en seguir el ejemplo tomado por Capito será su ex-aliado, Malcolm Wilson, que ya declaró durante el fin de semana que estaba estudiando buscar un consejero que ayude a Robert Kubica a quitarse el pilotaje “circuitero” de la cabeza y centrarse en el concepto de los rallyes. Lo cierto es que el polaco ya acumula ocho salidas de pista (unas más fuertes que otras) en las cuatro participaciones realizadas con un World Rally Car. Una vez más se está demostrando que no es fácil hacer el salto al off road y que ser un “fuera de serie” en la Fórmula 1 no te asegura el éxito inmediato en los rallyes.
Aun así, Kubica no dejó una imagen demasiado negativa si lo comparamos con sus compañeros de M-Sport. Elfyn Evans volvió a ser el encargado de salvar los muebles. El galés no está despuntando tanto como para pensar en él como un futuro Campeón del Mundo de Rallyes, sin embargo, sigue sumando puntos y terminando carreras, algo que le atestigua como un buen segundo piloto. Lástima que la punta de lanza del equipo con sede en Cumbria parece que sigue teniendo la diosa Fortuna en contra. Un nuevo problema con el alternador le dejaba fuera en el que estaba siendo su mejor rally hasta la fecha. Una vez reenganchado por Rally2, el nórdico salió a quitarse el óxido de encima, pero el tercer puesto en la Power Stage demuestra que los Volkswagen siguen estando dos pasos por delante.
En cuanto a Citroën, lo que muchos esperaban en Monte-Carlo o Suecia llegaba en la tercera cita del mundial. La debacle de los dos pilotos se produjo por las trampas de las que hablábamos al principio de este artículo. Por mucho que tratara de excusarse Kris Meeke (que realizó un gran trabajo a pesar de ser su primer Rally de México), en las imágenes se puede ver como en el primero de sus abandonos, corta demasiado y golpea una piedra que se encuentra en el interior.
El norirlandés declaraba que no había sido para tanto, pero hay que tener en cuenta que las suspensiones en este tipo de pruebas suelen estar al límite. Mads Ostberg tuvo el mismo mal y lo que estaba siendo una gran demostración de su pilotaje, terminó con un abandono en el enlace, similar al de 2013. Una nueva rotura de la suspensión de Kris Meeke en la Power Stage televisada era la guinda para un fin de semana aciago de la firma de los dos chevrones.
La otra cara de la moneda era para Hyundai, en lo que comenzaba siendo un fin de semana lleno de problemas y lejos de los tiempos de cabeza, terminaba con el primer podio de la marca coreana en el WRC. A los problemas que tuvo el desdibujado Chris Atkinson con el Anti-Lag System y los frenos, se sumó que la potencia de los propulsores preparados por Pipo Moteurs parece estar lejos de lo que les gustaría. El mal de altura terminó de meterles en el lío de un rally en el que Neuville terminó, pero lo hizo a casi cinco minutos y medio de Ogier. Para una marca que tiene como objetivo luchar el año que viene por las victorias no es una gran noticia.
Sin embargo, la cerveza y el gran número de abandonos en las filas rivales les permitieron alcanzar su primer final con derecho a champán en su corta historia. Desde luego el guión de la botella de Corona y la fuga en el radiador, quedará para los anales de la historia en este campeonato, más si tenemos en cuenta que Thierry Neuville ha declarado públicamente ser abstemio. Nunca tanto alcohol (la cerveza, más el champán del podio) hicieron tanto bien a una persona.
Por parte de los privados, destacar a Martin Prokop y Benito Guerra, que poco a poco consiguieron llevar sus Ford Fiesta RS WRC a meta, aunque a un mundo del ganador final. En el caso del mexicano, suma su mejor resultado en el Mundial después de ser octavo en 2013, pero se nota su larga ausencia del Mundial. Tal vez Guerra necesite compaginar su programa en el Nacional español de Tierra al volante de un Mitsubishi Lancer EVO X Proto con alguna que otra salida internacional que le permita mantener ese ritmo que sólo dan este tipo de rallyes.
En cuanto a las decepciones de la prueba, además del flojo ritmo de Hyundai, los problemas de Citroën cuando se vieron luchando por el triunfo y el nuevo “big one” de Andreas Mikkelsen, hay que destacar que nos quedamos demasiado pronto sin los grandes favoritos de WRC2. Protasov se encontró una victoria regalada después de que Ott Tänak (que llevaba un ritmo prácticamente de WRC), Nicolás Fuchs y Quentin Gilbert tomaban el camino del abandono en la segunda especial del viernes.
Con seis meses sin que nadie haya podido toserles, es normal que en Volkswagen todavía queden ganas de hacer videos promocionales como el siguiente, en el que podemos ver a un sonriente Jari-Matti Latvala poniendo de su lado la "destrucción" y dando buena cuenta de las piñatas mexicanas con su Volkswagen Polo R WRC. Una buena muestra de lo poco que necesitan los pilotos del WRC para hacer cosas similares a las Gymkhanas de Ken Block: