Hay que tener más cara que espalda. Ahora la FIA, a través de Charlie Whiting, envía un escrito a los equipos de F1 diciendo: “Las quejas de que un piloto ha sido obstaculizado durante la clasificación ya no se remitirán a los comisarios del gran premio. Sólo en los casos donde el control de carrera estime que ha habido un intento claro y deliberado de perjudicar a otro piloto se pedirá la intervención de los comisarios. Consideramos que no tiene sentido que los comisarios se enzarcen en investigaciones largas y dolorosas (sobre todo para la FIA) si los competidores ignoran las pruebas científicas y en su lugar abusan de los reguladores”.
O sea, resulta que Alonso era un malo malísimo, un bocazas desequilibrado que no tenía razón y debía callarse. Y dos días después, a la FIA se le enciende la bombilla y recula como los toreros malos; era un “defecto de reglamento” que ahora se corregirá. Vamos a ver, Director de Carrera calzonazos, el reglamento hay que entenderlo e interpretarlo, y tú eres el único al que se le ocurría que algo así era penalizable. No le eches la culpa ahora a los de Ferrari que acudieron a tí para quejarse. Interviniste de oficio con muchas ganas, se te encendió el piloto rojo, pero te has llevado tal revolcón mediático que no te ha quedado otro remedio que dar marcha atrás. Pero has llegado tarde, ya has quedado retratado, y Fernando Alonso, reforzado.
Vía | Autosport