El World Endurance Championship nació con el objetivo de convertirse en el verdadero mundial de resistencia. La presencia de grandes fabricantes como Audi y Peugeot en la máxima categoría, LMP1, se veía recompensada en forma de título mundial de constructores. Pero la marcha de Peugeot dejó a la categoría huérfana y a la FIA y el ACO con un palmo de narices.
Pero Toyota llegó para salvar al WEC aunque lo hacía a medias. En principio el objetivo de la marca nipona eran las 24 horas de Le Mans pero finalmente participará en en todas las citas del World Endurance Championship, a excepción de la cita inaugural en Sebring.
En principio, para optar al título de constructores, las marcas tenían que participar en todas las carreras, algo que ha cambiado. Para permitir a Toyota luchar por el campeonato, ahora se tendrán en cuenta los seis mejores resultados, incluyendo obligatoriamente el cosechando en las 24 horas de Le Mans. Estos cambios ya han sido aprovados por el Consejo Mundial de la FIA.